Los dos bloques sellan hoy la paz en Europa bajo la sombra de la desintegración soviética
La Alianza Atlántica y el moribundo Pacto de Varsovia sellan hoy en París la paz en el continente europeo. El entierro de la guerra fría entre los dos grandes bloques militares queda ensombrecido por la gravísima crisis que padece la Unión Soviética y que amenaza a su propia existencia como Estado. Los presidentes de EE UU y de la URSS, George Bush y Mijaíl Gorbachov, respectivamente, se encontrarán hoy por cuarta vez en París, en el marco de la cumbre de los 34 países miembros de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), a la que asiste también Felipe González.
Este foro transatlántico, creado en Helsinki en 1975, ha sido el epicentro del terremoto político que ha sacudido a los países de Europa del Este.Gorbachov y el presidente de Estados Unidos, George Bush junto a los otros 20 jefes de Estado o de Gobierno de los dos bloques militares, firmarán hoy el más trascendental de todos los acuerdos de desarme, acuerdo que tiene como escenario el territorio europeo. Ambos bloques dejan hoy de ser adversarios y se tenderán mutuamente "la mano de la amistad", según reza la de declaración conjunta que firmarán los 22 países. Inmediatamente después, estas naciones y los 12 Estados neutrales europeos abrirán la segunda cumbre de la CSCE, 15 años después de la que celebraron en Helsinki.
La crítica situación política y económica de la URSS y la crisis desatada en el golfo Pérsico por la invasión iraquí de Kuwait, sirven de contrapunto a la más importante cumbre celebrada desde el fin de la II Guerra Mundial. Ambas coyunturas ensombrecen la buena nueva de la paz definitiva en Europa y serán el telón de fondo de las múltiples entrevistas bilaterales que los estadistas mantendrán hasta el miércoles, día en que concluirá esta cumbre y se convocará la siguiente para 1992.
La situación en el Golfo y la crisis soviética estuvieron ayer presentes en las visitas que Bush y Gorbachov realizaron, respectivamente, a Alemania e Italia, los países europeos en los que prendió el nazismo y el fascismo, que provocaron cinco años de guerra y 50 millones de muertos.
Bush se sumó a los votos del canciller alemán, Helmut Kohl, para que el conflicto del Golfo se resuelva pacíficamente, y Gorbachov aseguró, tras invitar al papa Juan Pablo II a visitar la URSS, que el surgimiento de "nuevas ideas" augura una resolución pacífica de la crisis.
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