Decepcionantes medidas de confianza

Elaboradas para complementar la aplicación del tratado sobre desarme convencional y reducir el riesgo de conflicto, las llamadas medidas de confianza militar, que los 34 países miembros de la CSCE (Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa) adoptarán el martes en París, son algo menos ambiciosas de lo inicialmente esperado a causa del rechazo de la OTAN a incluir a la Marina y de las reticencias de la URSS a facilitar abundante información sobre movimientos de tropas dentro de sus fronteras.

Cuando en marzo de 1989 se inició esta negociación, la OTAN propuso 18 medidas de confianza, de las que sólo han prosperado unas pocas, como el intercambio de información sobre fuerzas armadas terrestres y aéreas, y sobre sistemas de armas que vayan a entrar en servicio en los mismos ejércitos, así como la puesta en pie de un sistema de comprobación aleatoria de la veracidad de la información suministrada y otro de comunicación entre los estados participantes.

Saldrá, por último, adelante otra medida sobre actividades insólitas de carácter militar, que permitirá a cualquier país pedir explicaciones a su vecino si observa sospechosos movimientos de tropas o de aviones en su territorio. En el caso de no darse por satisfecho con las aclaraciones obtenidas, podrá reunirse bilateralmente con su vecino e incluso solicitar una reunión de la CSCE.

La URSS, que fue la única en pedir que este dispositivo abarcase a la Armada, ha considerado, sin embargo, que una información demasiado detallada sobre los desplazamientos de tropas dentro de sus fronteras puede constituir una intromisión en sus asuntos internos. Para lograr su aprobación, esta medida ha tenido que ser algo recortada.

Un Centro de Prevención de Conflictos, con sede en Viena y compuesto por un secretariado y un comité consultivo, será el encargado de velar por la aplicación de estas medidas.