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CITA EN ALEMANIA

La URSS y Alemania firman un acuerdo histórico

El presidente soviético, Mijail Gorbachov, manifestó ayer en Bonn que no es posible dividir a Washington y Moscú en la crisis del Golfo. "Cualquiera que crea poder dividirnos e introducir una cuña en nuestras relaciones alberga esperanzas infundadas" advirtió Gorbachov poco antes de firmar con el canciller Helmut Kohl un histórico acuerdo de no agresión entre la URSS y Alemania, destinado "a acabar con las divisiones del pasado".

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HERMANN TERTSCH ENVIADO ESPECIAL Las declaraciones de Gorbachov sobre la crisis del Golfo se produjeron un día después de que el ministro soviético de Exteriores, Edvard Shevardnadze, manifestara que no puede excluirse el uso de la fuerza. "Pensamos todos en lo mismo. Debemos hacer lo que podamos para evitar una solución militar", señaló Gorbachov, quien reiteró el compromiso incondicional soviético con las resoluciones de las Naciones Unidas y defendió el despliegue militar norteamericano como una medida tendente a encontrar una solución política.El presidente soviético y el canciller federal alemán, Helmut Kohl, firmaron ayer en Bonn un tratado bilateral de "buena vecindad, asociación y cooperación", que abre una nueva era en las relaciones de las dos mayores potencias europeas y rompe definitivamente los marcos legales de las alianzas surgidas en la posguerra. El tratado, con vigencia de 20 años, contiene un pacto de no agresión, así como acuerdos de cooperación y asistencia múltiple.

Gorbachov llegó a las 11.25 de ayer a la Alemania unida, que él ayudó decisivamente a crear al devolver la soberanía a los pueblos de Europa central y oriental. "Estarnos abriendo una nueva página en la historia de nuestras relaciones", manifestó el máximo dirigente soviético.

Gorbachov es el primer jefe de Estado que visita oficialmente la Alemania unificada. Fue recibido por el canciller Kohl, ya seguro vencedor de las elecciones federales del próximo 2 de diciembre y decidido a dirigir durante la próxima legislatura los esfuerzos occidentales por sacar a la Unión Soviética de su dramática situación económica, política y social.

Mijaíl Gorbachov llegó al aeropuerto de Colonia acompañado por su mujer, Raísa, y un amplio séquito de asesores políticos y económicos. Recibido allí por el ministro de Exteriores alemán, Hans-Dietrich Genscher, se dirigió después a la villa Hammerschrnidt, sede de la presidencia, para encontrarse con el jefe del Estado, Richard von Weizsácker.

Posteriormente se entrevistó con Kohl en la cancillería, donde, a las 17.45, ambos firmaron el tratado germano-soviético que, como dice en su preámbulo, tiene como objetivo "acabar definitivamente con el pasado y hacer una aportación de peso para la superación de la división de Europa a través del entendimiento y la reconciliación".

"Esto se debe a usted"

Kohl agradeció al nuevo premio Nobel de la Paz su aportación a la unidad alemana, que calificó como decisiva. "Esto se debe a usted. Mucho de lo que ha pasado en los últimos 12 meses aquí, en Alemania, y en Europa no habría sido posible sin su activa participación".

El tratado evoca los principios de la Carta de las Naciones Unidas y del Acta de Helsinki, y manifiesta que, basados en las buenas tradiciones de la vecindad milenaria, ambos países quieren afrontar conjuntamente los retos históricos del tercer milenio. La URSS y Alemania acuerdan respetar para siempre las fronteras y la soberanía de los dos firmantes y de todos los países europeos, rechazan toda reivindicación territorial, así como la amenaza del uso de la fuerza.

"En el caso de que una de las dos partes fuera objeto de un ataque, la otra parte se compromete a no suministrar al agresor ayuda militar ni de ningún otro tipo, y tomar todas las medidas para solucionar el conflicto por la aplicación de los principios y procedimientos de la ONU y otras estructuras de seguridad colectiva", señala en su artículo 3.

Por otra parte, el tratado establece nuevos marcos de cooperación política, económica, financiera, cultural y humanitaria, así como encuentros regulares e institucionalizados entre máximo dignatarios, titulares de diversas carteras ministeriales y técnicos

En su artículo 18, el acuerdo bilateral compromete a los dos Estados a proteger y mantener los monumentos y cementerios militares de ciudadanos del otro firmante en su territorio. La delegación soviética que negoció el texto puso el máximo interés en la protección de estos monumentos, que ya han sido objeto de agresiones en territorio alemán. El jefe del Estado soviético pidió ayer a los alemanes un trato amistoso para los soldados soviéticos y sus familiares que se encuentran en territorio de la antigua Alemania Oriental.

Éstos han sido víctimas de agresiones e insultos. Los 380.000 soldados soviéticos que se encuentran aún en suelo alemán son cada vez menos tolerados. La desmoralización de estas tropas, la participación de sus miembros en el mercado negro y otros negocios ¡legales y el anticomunismo de la población de los antiguos territorios de la RDA han provocado ya serios conflictos entre soldados soviéticos y ciudadanos alemanes.

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