Diez muertos en la República Soviética de Moldava

Una decena de personas resultaron muertas y una cincuentena heridas ayer en enfrentamientos registrados entre la policía y civiles armados en la República Soviética de Moldova (antes, Moidavia), donde se recrudecieron los conflictos interétnicos que vive esta zona fronteriza con Rumania. La agencia soviética Tass informó anoche que seis personas habían perecido y 30 resultaron heridas en las inmediaciones de la localidad de Dubasari, al noreste de Kishiniov, la capital de la república. Todos estos datos fueron suministrados anoche por Aleksandr Porozhan, vicealcalde de esta localidad.

Este último agregó que continuaban los conflictos armados en la zona entre Dubasari y el pueblo de Lunga. Un periodista de la ciudad de Tiraspol manifestó que el número de muertos se elevaba a 10, y el de heridos, a 50. Ti.raspol es la capital de la región del Dnestr, de población mayoritaria rusa, que se declaró independiente de Moldova el pasado septiembre. La república, donde habitan unos cuatro millones de personas, vive profundos conflictos étnicos entre la población mayoritaria, formada por moldavos (o rumanos), gagauzos (turcos de cultura cristiana ortodoxa) y rusos. Dubasari está mayoritariamente poblada por rusos.El primer ministro de Moldova, Mircha Druk, manifestó, según la agencia Tass, que en la mañana de ayer, Dubasari fue escenario de un mitin y que el puente sobre el río Dnestr había sido bloqueado. Druk dijo haber dado orden de despejar el puente, las carreteras y los edificios administrativos de la ciudad.

Rusos contra moldavos

El enfrentamiento aparentemente se dio entre moldavos y rusos, aunque la información suministrada por Tass era muy incompleta y evitaba mencionar la, nacionalidad de los sujetos de la escalada de violencia que culminó en tragedia. Según la misma, la aparición en la orilla derecha del Dnestr de grupos de voluntarios moldavos y la acción de la policía fueron contestados por los habitantes locales. Hubo pedradas y tiros.

El presidente de Moldova, Mircha Snegur, que se encontraba ayer en Moscú asistiendo a una reunión del Consejo Federal convocada por el presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, dio orden al primer ministro de la república de retirar a la policía y a los voluntarios.

"La situación en Moldova nos preocupa mucho", manifestó anoche en la televisión soviética Mijaíl Gorbachov, que hoy ha de seguir presidiendo una reunión del Consejo Federal de la URSS iniciada ayer. Gorbachov dijo que el proceso que vive Moldova "no ha adquirido aún un carácter irreversible", aunque aparecieron síntomas de que la crisis puede agravarse mucho. El líder soviético insistió en que debía conservarse la integridad territoral de la república, donde el 25 de octubre se declaró el estado de emergencia para prevenir los enfrentamientos entre gagauzos y moldavos. El recrudecimiento de la situación fue causado, según Tass, por los rumores según los cuales las elecciones al Sóviet Supremo de la república del Dnestr habían sido adelantadas del 25 al 4 de noviembre. Fuerzas del Ministerio del Interior de Moldova abrieron fuego, utilizaron porras y gases lacrimógenos en su intento de entrar en la ciudad de Dubasari, según manifestó Aleksel Bulatovich, jefe de los grupos de voluntarios de apoyo a la policía de la república del Dnestr.

Los desacuerdos entre los diferentes órganos de poder en la URSS dificultan las relaciones con los países extranjeros, según se dijo ayer en el Consejo Federal. Mijaíl Gorbachov utilizó ayer sus poderes presidenciales para firmar un duro decreto que prácticamente expolia a las empresas soviéticas sin participación de capital extranjero de todas las divisas obtenidas en su actividad económica exportadora. El decreto obliga a las empresas a vender al Banco de Comercio Exterior de la URSS el 40% de sus divisas con objeto de ayudar a pagar la deuda exterior de la URSS. Después de esto, deben entregar el resto de las divisas a unos fondos que serán creados bajo control administrativo.

Por otra parte la conmemoración del 7 de noviembre, aniversario de la revolución bolchevique de 1917, se ha convertido en un simbólico objeto de discordia que profundiza la división, de la URSS en dos bandos enfrentados, mientras el clima económico, social e interétnico se sigue deteriorando.

El Ayuntamiento de Moscú anunció ayer su intención de permitir dos manifestaciones de protesta paralelas al desfile oficial en la plaza Roja, en contra de los deseos del Kremlín, expresados el día anterior en una disposición del Presídium del Sóviet Supremo de la URSS, firmada por Anatoli Lukianov, en calidad de presidente del Parlamento. La disposición consideraba "inoportuno" celebrar cualquier manifestación o mitin paralelo en Moscú el 7 de noviembre y recomendaba a los grupos interesados en tales acciones celebrarlas cualquier día que no fuera el 7 o el 8 de noviembre, días consagrados a la Revolución de Octubre.