Los Doce logran un acuerdo para limitar en el año 2000 el 'efecto invernadero'

La CE alcanzó ayer en Luxemburgo un acuerdo para limitar en el año 2000 las emisiones de dióxido de carbono (CO2) -principal causa del efecto invernadero -al nivel actual. Esta propuesta será presentada a la Conferencia Mundial sobre Cambios Climáticos de Ginebra. El Reino Unido levantó su bloqueo al conseguir una excepción que le permite de hecho no vincularse al compromiso. España y otros países menos desarrollados podrán aumentar su oferta energética y, "por tanto, sus emisiones de CO2", dijo el ministro español de Obras Públicas.

El acuerdo político vincula a la CE, aunque no se alcance un compromiso mundial en la conferencia de Ginebra. La excepción para los países menos emisores, como España, significa que otros países más contaminadores deberán someterse a reducciones. La Comisión Europea elaborará propuestas para llevar a la práctica los recortes concretos. Además, la Comunidad -se compromete a aplicar medidas de reducción para todos antes de la Conferencia Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo Económico que se celebrará en Brasil en 1992.La presidencia italiana y la Comisión Europea forzaron un compromiso que va a permitir a la Comunidad "desempeñar un papel de liderazgo en este tema clave para el futuro de la humanidad", manifestó el comisario Carlo Ripa di Meana. Las centrales térmicas son las principales causantes del llamado efecto invernadero, que provoca cambios climáticos de consecuencias impredecibles. Los expertos aseguran que, de no atajar se la situación, las emisiones de dióxido de carbono se habrán duplicado dentro de 40 años, lo cual generará una subida de dos o tres grados en la temperatura media de la Tierra.

"El Plan Energético Nacional no va a tener la limitación de no poder crecer en la oferta energética, pero tiene que introducir el criterio de eficiencia energética", señaló Cosculluela, quien se mostró satisfecho por el hecho de que el comisario Ripa considerara "totalmente convincentes los argumentos de España".

En el texto de la decisión adoptada después de más de seis horas de debate conjunto de los ministros responsables de Medio Ambiente y de los titulares de Energía de la CE, se incluye "el importante papel que pueden jugar los instrumentos económicos y fiscales, como impuestos o gravámenes, en los cambios estructurales perseguidos para el sector energético".La autorización para que España pueda aumentar sus emisiones de dióxido de carbono "evita un perjuicio comparativo para los ciudadanos españoles", en opinión del ministro. Estas emisiones se miden por el consumo de carbón, que en la CE asciende a 754,1 millones de toneladas al año. Estados Unidos consume el doble y se niega a aceptar un acuerdo de este tipo. España tiene un consumo de 1,6 toneladas por habitante y podrá crecer hasta las 2,3 toneladas de media comunitaria. En Alemania, este índice es de 3,3 toneladas, y en Luxemburgo asciende a 9,3.

Intereses diversos

Los intereses dispares de cada país de la CE dificultaron el acuerdo y volverán a erigirse como obstáculo a la hora de aprobar las medidas para su puesta en marcha. El Reino Unido mantiene el año 2005 como fecha propia, porque ésa es una decisión tomada para garantizar el proceso de privatización de las compañías eléctricas, no quiere asumir tampoco una reducción de su actual nivel de 2,8 toneladas por persona.

Alemania y Dinamarca acuerdan reducir sustancialmente sus emisiones y, en menor medida, Holanda. Francia es también partidaria de un recorte global duro, apoyada en que es un gran productor de energía nuclear, menos contaminante. Actualmente está por debajo de la media comunitaria.

Por otra parte, los ministros de Medio Ambiente debatieron la aprobación de la directiva sobre residuos peligrosos, una norma marco para aumentar las garantías y controles en toda la Comunidad.