Steve Winwood retorna al sonido de los setenta en su ultimo disco

Steve Winwood ha visitado Madrid por primera vez para promocionar su último disco, Refugee from the heart (Refugiado del corazón) un trabajo en el que el músico y compositor británico vuelve a tomar algunos de los elementos que distinguieron el sonido de Traffic, un grupo que él formó y que sigue siendo un punto de referencia para la música de los años setenta.

Con 42 años, Steve Winwood tiene a sus espaldas una larga carrera musical iniciada con el Spencer David Group (1964), luego Traffic (1967) y después Blind Falth (1969), que formó con Eric Clapton, para continuar en solitario desde 1976. Aunque no haya sido una estrella del rock, en el sentido popular del término, sí lo ha sido para aquellos que han sabido apreciar sus planteamientos originales y lejos de las modas comerciales. "Hay formas de lograr el reconocimiento por la calidad de tu música, sin pasar por convertirte en una estrella tipo Hollywood", dice Winwood.Para ello se toma el tiempo que cree necesario para cada uno de sus discos. Éste último es una especie de reflexión sobre su época con Traffic. "He tratado de incorporar algunos de las cosas que distinguieron a la música de los 60 y 70", afirma. "Hay elementos de jazz, rock, rhythm and blues, folk y además los temas son tratados con mayor libertad. Son más largos, y con partes instumentales, como en los 70".Sin embargo, Winwood dice que no considera esa época superior a la actual. "Las canciones de hoy están mas estructuradas dentro de formatos convencionales. Todas las canciones suelen tener la misma duración y están compuestas de manera similar. Hay cosas muy buenas, pero la. libertad que tenía Jimi Hendrix en su música es lo que quiero recuperar".

Considera que la incorporación de músicas étnicas en el pop contemporáneo puede ser peligrosa. "Creo que es muy positivo que se de a conocer estás músicas a un público más amplio. Pero la mezcla con la música pop debe hacerse con cuidado porque pueden hacerse cosas muy chocantes que no son buenas para nadie". "Lo que me agrada también", termina, "es que los chavales de ahora están empezando a escuchar música de hace veinte años y la saben apreciar".