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EL CONFLICTO DE ORIENTE PRÓXIMO

Israel abre con limitaciones los pasos fronterizos de Gaza y Cisjordania

Juan Jesús Aznárez

JUAN JESÚS AZNÁREZ ENVIADO ESPECIALEl cierre de los puestos fronterizos con Gaza y Cisjordania, ordenado hace cuatro días por el Gobierno de Isaac Shamir para aplacar una peligrosa racha de violencia y revanchismo entre judíos y palestinos, ha sido levantado, pero las computadoras de Israel instaladas en las aduanas militares vetaron la entrada en el país de todos los árabes fichados por la policía como conflictivos. Un fuerte tiroteo en la localidad ocupada de Tura, cerca de Hebrón, con un saldo de ocho palestinos heridos, había precedido a la apertura, a las tres de la madrugada, de las demarcaciones territoriales establecidas en 1967.

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Salin Hadi Arif cruzó de madrugada uno de los pasos fronterizos de los territorios ocupados y regresó a Israel en una caravana de trabajadores palestinos tan abatida y resignada como la que hace cuatro días acarreó el Ejército israelí en sentido contrario El confinamiento árabe en Gaza y Cisjordania ha terminado, pero 50.000 palestinos lamentarán pronto su suerte, como ayer lo hacía Salin Hadi Arif. "No tengo ni trabajo ni dinero". Los cuatro días de aislaamiento e incomunicación de 1.750.000 palestinos con el resto del mundo han servido a las autoridades israelíes para mejorar los dispositivos de seguridad interna y de orden público, así como para facilitar el acceso de la inmigración judía procedente de la Unión Soviética y otras naciones a un mercado de trabajo tradicionalmente ocupado por los palestinos.Los 20 primeros despidos fueron conocidos ayer mientras Gaz Fish, director de la oficina de empleo de Tel Aviv, anunciaba que los palestinos con ocupación sin legalizar perderán sus puestos en beneficio de israelíes desempleados. Cerca de la mitad de los 110.000 árabes que trabajan en Israel no dispone de documentación en regla. El ministro encargado de acomodar la creciente inmigración, Ariel Sharon, declaró que el interés nacional demanda que las plantillas de palestinos sean sustituidas por "tantos judíos como sea posible". Pero el titular de Defensa, Moshe Arens, precisó: "Hay decenas de miles de trabajadores árabes que no han tomado parte en actividades hostiles contra el Estado y queremos que sigan ganándose la vida honradamente".

Los braceros palestinos concentrados en el mercado de Rishon Letzion, a 40 kilómetros de Jerusalén, argumentaban con su propia penuria laboral frente a esa amenaza: "Nosotros no exigimos nada, dormirnos donde podemos y trabajamos sin parar por menos dinero. No creo que los rusos acepten esas condiciones". Comerciantes, constructores y empresarios israelíes emplearon ayer a la mayor parte de los 300 árabes y palestinos que ofrecieron su mano de obra en ese mercado. Durante los dos primeros días de confinamiento, los ciudadanos israelíes aceptaron únicamente una tercera parte de los 7.500 puestos en oferta.

Identificación electrónica

Turismos, taxis y autobuses abarrotados de trabajadores y padres de familia preocupados por la soldada diaria formaron largas hileras frente a los pasos fronterizos y fueron sometidos a un minucioso registro. El carné de identidad con banda magnética de muchos de ellos facilitó su identificación electrónica. Todos los pasajeros debieron salir de los vehículos y esperar pacientemente una prolija inspección militar. No se informó sobre el número de palestinos que fueron rechazados por haber sido detenidos alguna vez o integrar la lista de revoltosos.

En Damasco, Abadel Hadi Nashash, portavoz de la fracción palestina Al Fatah, liderada por Abu Musa, llamó a la insurrección armada dentro de Israel para vengar la matanza de la explanada de las Mezquitas y amenazó con atacar los intereses de EE UU en cualquier parte del mundo. El Gobierno israelí estudia, por su parte, las conclusiones del informe sobre los sucesos del día 8 y considera que no se debe castigar a los mandos que ordenaron disparar a matar porque lo hicieron para salvar a sus soldados.

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