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Italia y España proponen que la estabilice sus emisiones de CO2 para el año 2000

Giorgio Ruffolo, ministro de Medio Ambiente de Italia, país que ejerce actualmente la presidencia de la CE, y Javier Sáenz Cosculluela, ministro de Obras Públicas y Urbanismo, anunciaron ayer el acuerdo de ambos países para proponer al resto de los Doce la estabilización para el año 2000 a los niveles actuales de sus emisiones de anhídrido carbónico (CO2), causante principal del calentamiento de la Tierra.

Ruffolo afirmó que la propuesta de Italia y España busca que la Comunidad Europea asuma una posición homogénea ante este problema y desempeñe un papel líder en las negociaciones que tendrán lugar en la II Conferencia Mundial sobre Clima que se celebrará a primeros del próximo mes de noviembre en Ginebra". En dicha conferencia, las diferentes naciones asistentes deberán acordar las medidas necesarias para paliar las consecuencias del cambio climático, derivado del llamado efecto invernadero.Previamente, la propuesta tendrá que ser discutida con el resto de países miembros de la CE y, para ello, Italia propone celebrar el próximo día 29 en Luxemburgo una reunión conjunta de los ministros de Medio Ambiente e Industria y Energía de los Doce.

Sáenz de Cosculluela insitió en que de producirse el acuerdo comunitario sobre la estabilización de las emisiones de CO2 para el año 2000 al nivel actual, el esfuerzo para lograrlo deberá hacerse con un criterio equitativo "teniendo en cuenta la contribución de cada país al calentamiento de la atmósfera y sus expectativas de desarrollo económico". En este sentido recordó que las emisiones de CO2 por habitante y año en España es de 1,6 toneladas, el índice más bajo de la CE excepto Portugal, frente a las 2 toneladas de Francia e Italia, las 3 del Reino Unido, las 3,3 de Alemania, las 3,5 de Holanda y las 6,7 de Luxemburgo, según datos de la Agencia Internacional de la Energía para 1990.

El ministro italiano subrayó que aunque la estabilización de las emisiones no es suficiente para evitar las consecuencias del cambio climático, -los científicos recomiendan la reducción inmediata de las emisiones en un 60% para que no aumente el calentamiento global de la Tierra-, sí es un primer paso para la reducción gradual de las mismas en el futuro.

Acuerdo difícil

Ruffolo advirtió que "lograr un acuerdo europeo será difícil y lo será más aún en la reunión de Ginebra", ya que hay países como Estados Unidos o el Reino Unido que no comparten la preocupación de otros por este problema, y que lo importante "no es la fecha de cuando se produzca la estabilización, sino adoptar una postura común y un reparto equitativo para conseguirla".

Ninguno de los dos ministros anticipó una cuantificación del coste económico que conllevaría esta estabilización y entre las medidas necesarias para ello señalaron el ahorro energético, la búsqueda de otras fuentes de energía alternativas a los carburantes fósiles o la reforestación con objeto de aumentar la capacidad de absorción de CO2.

En cuanto a la iniciativa italiana de introducir los llamados impuestos verdes para proteger el medio ambiente de la CE, Giorgio Ruffolo declaró que había estado motivada por "el deseo de armonizar las diferentes iniciativas nacionales que existían en este terreno y por el convencimiento de que las medidas de carácter económico son mucho más eficaces que las normativas". No obstante, ambos ministros señalaron que se trataba de un "debate abierto en la CE" que presentaba complejos aspectos técnicos de armonización fiscal.

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