La carta jordana de Sadam Husein
"El rey Hussein de Jordania les estaba poniendo los cuernos", comentó hace 10 días en privado un diplomático al conocer que Arabia Saudí había cortado a Jordania el suministro de petróleo. Desde el día de la invasión de Kuwait, el papel del monarca jordano ha estado en entredicho, y los servicios norteamericanos han manejado la información de que era una de los pocas personas que podían saber de antemano las intenciones anexionistas de Irak.En varias cancillerías se baraja la idea de que Sadam, Husein se guarda una carta en la manga para coronar la espiral del conflicto si no encuentra otra salida. El naipe marcado es Jordania, país fronterizo con Israel. El Gobierno de Tel Aviv guarda una extremada prudencia a indicación de EE UU, pero ha hecho saber que la invasión de Jordanía provocaría su respuesta inmediata y "la mayor catástrofe conocida", según fuentes próximas a la CE. El líder iraquí acaricia esa escalada como recurso final. Su jugada a la desesperada tendría el efecto de colocar a Israel como aliado de Egipto y Arabia Saudí e incluso de Siria.
Plan de ayuda
La Comisión Europea ha defendido desde el principio la necesidad de incluir a Jordania dentro del plan de ayudas a los países de la línea del frente, los más afectados directamente por el embargo a Irak. Así se lo hicieron saber el presidente Jacques Delors y el comisario Abel Matutes al secretario de Estado norteamericano, James Baker, en la entrevista que mantuvieron el 10 de septiembre en Bruselas. El hecho de que Japón haya anunciado que ayudará también a los jordanos prueba que EE UU ha aceptado la tesis comunitaria.
Sobre el papel de Jordania en la crisis subsisten dudas, y el mensaje que Delors y Matutes dieron el pasado lunes en Bruselas al prícipe heredero Hassan, hermano y enviado del rey Hussein, fue que la ayuda estará condicionada al cumplimiento estricto del embargo.
En la CE, la opinión predominante es que cualquier sucesar inmediato de Hussein será una alternativa, peor y que si Jordania pasa a ser controlada por Irak, la intervención israelí será inevitable, y entonces ni el Gobierno de Arabia Saudí ni el de ningún otro país árabe podría vender eso a sus poblaciones.
