La prensa chilena, 'rehén' del Ejércíto
Ocho acusaciones diferentes de la justicia militar acumulan los periodistas Juan Pablo Cárdenas, director de la revista Análisis; Juan Andrés Lagos, director del semanario El Siglo, y el ahogado Alfonso Stephens, comentarista de Análisis. Los tres están detenidos en el centro de prisión preventiva de Santiago de Chile, más conocido como el anexo de la cárcel Capuchinos, por orden de jueces del Ejército, como si fueran rehenes del poder que sobre la prensa aún conserva el Ejército.
"Es muy incómodo, ingrato y doloroso que nos encarcelen durante la transición por las leyes que hizo el régimen autoritario", sostiene Cárdenas, sentado en una de las sillas ordenadas en filas en la sala de visitas de la cárcel. "El Gobierno está consternado, nos dio respaldo espiritual, pero creo que no ha actuado con toda la fuerza que los chilenos quisieran", agregó.Un juez con presillas de oficial ordenó reo a Cárdenas por publicar, en la sección de correspondencia del lector, una carta de un exiliado en Canadá, "cuyas expresiones no comparto, pero que permito aparezcan en virtud de la libertad de expresión", afirmó el periodista.
Se interrumpe para saludar a su esposa y seis hijos que llegan a visitarle. El segundo proceso en su contra es por un editorial en el que criticó un fallo de la justicia militar que condenó a 541 días remitidos (es decir, en libertad pero firmando periódicamente en un tribunal) al oficial que dirigió la patrulla acusada de quemar a dos jóvenes, uno de los cuales murió.
"Sostuve en el editorial que sentencias de esta naturaleza pueden producir tensiones sociales", dijo Cárdenas. Esta crítica dio pie a la acusación.
Casi todos los periodistas de Análisis estuvieron procesados por la justicia militar. José Carrasco, el jefe de la sección internacional, fue acribillado por desconocidos que le secuestraron en su casa durante el vigilado toque de queda. A Cárdenas le han quemado dos veces su casa y estuvo año y medio cumpliendo una condena de cárcel nocturna por ofensas a Pinochet.
El abogado Stephens, de 73 años, torturado y condenado por un consejo de guerra durante la dictadura de Pinochet, está también acusado de ofensas a las Fuerzas Armadas. Stephens ratificó ante el juez militar las ideas que plasmó en su columna: "Hice un análisis jurídico de una situación histórica".
"Pinochet es un criminal"
Según él, Pinochet y otros militares "son criminales". Su crimen "es haber dado en 1973 un golpe de Estado contra un Gobierno constitucional. Todo lo que vino después son secuelas. Este delito es sancionado con pena de muerte para los cabecillas. Sostengo que Pinochet debe ser condenado a rnuerte", dijo Stephens.Juan Andrés Lagos, director de El Siglo, el diario del Partido Comunista Chileno, acumula cinco procesos en su contra. Tres son por ofensas a las Fuerzas Armadas y dos por sedición. Aunque El Siglo fue clausurado durante la dictadura militar y la represión siguió contra el diario, en esa época clandestino, los procesos en la justicia castrense comenzaron después que este medio publicó los nombres de 1.200 agentes de la Central Nacional de Informaciones (CNI), la policía secreta de Pinochet.
La nómina no fue desmentida. Los periodistas de El Siglo fueron amenazados y seguidos por desconocidos en automóviles. El jefe de nacional de El Siglo, Guillermo Torres, que también es dirigente del Colegio de Periodistas, está prófugo de lajusticia militar. "En los interrogatorios me he negado a contestar", afirma Lagos. Los tribunales militares carecen de legitimidad para juzgar a los periodistas, sostiene.
Los tres están animados. Cárdenas y Lagos comparten celda. Stephens espera salir en libertad bajo fianza mañana.
El Senado está a punto de votar un proyecto de ley, ya aprobado por la Cámara de Diputados, para disminuir el poder de la justicia militar.
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