_
_
_
_

Una amplia muestra revisa las vanguardias europeas que se concentraron en París en los años treinta

Obras de Kandinsky, Calder, Léger, Mondrian, Miró, Picasso y Le Corbusier, en Valencia

La intensa ebullición artística que la ciudad de París concentra en la década de los treinta, con la actividad de grupos de creadores plásticos -en su mayor parte extranjeros- opuestos al surrealismo desde postulados abstractos y concretos, es objeto de revisión en una exposición que ayer se inauguró en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). La muestra, la más ambiciosa que ha organizado este museo, recoge obras de artistas de las diferentes vanguardias europeas, como Kandinsky, Léger, Mondrian, Picasso, Calder, Arp, Le Corbusier, Torres-García, Miró o Van Doesburg.

Calificada por la directora del IVAM, Carmen Alborch, como la más compleja que ha organizado el joven museo valenciano, París 1930/Arte Abstracto-Arte Concreto es una muestra que plasma la explosión artística que, con base en la capital francesa, recogió la herencia de las más contundentes experiencias de las vanguardias de principio de siglo y proyectó una influencia fundamental sobre la cultura plástica de las décadas posteriores.Conformada con piezas procedentes, sobre todo, del museo Sztuki de Lodz (Polonia), de fondos del propio IVAM, así como de fundaciones, galerías y colecciones privadas europeas, la exposición, cuya comisaria es Gladys Fabre, repasa la evolución del Cercle et Carré, que agrupó a una mayoría de artistas extranjeros que se instalaron en París y que postulaban propuestas cubistas, puristas y semi-abstractas; del grupo Art Concret, defensor de un arte de carácter geométrico, y del movimiento Abstraction-Création, de planteamientos no figurativos.

La exposición, por otra parte, analiza la evolución, durante la década de los treinta, de tendencias surgidas en los años anteriores, como el grupo De Stijl, la Bauhaus o el constructivismo.

Ryszard Stanislawski, director del museo de Sztuki, señaló ayer en Valencia que este centro artístico "se ha quedado casi vacío" con la cesión de obras que ha realizado para esta exposición. Stanislawski afirmó que, en la época en que se basa la muestra, París tenía un gran poder de atracción como capital del arte. Aquella energía y magnetismo, aseguró, ya no se han vuelto a repetir. "París ya no tiene aquel poder de atracción", dijo, "y ahora lo tienen ciudades como Londres o Nueva York".

Gladys Fabre definió la exposición como "una de las más extensivas sobre el arte abstracto", que, según afirmó, ha despertado especial interés desde hace algunos años. Fabre explicó que el contexto político, social y económico llevó a los artistas cuya obra se presenta en la muestra a "agudizar los interrogantes sobre la cultura moderna".

La exposición, según explicó Carmen Alborch, encaja en la línea de trabajo del IVAM de "investigar y presentar los movimientos y artistas inscritos en las vanguardias y el arte moderno y contemporáneo".

Rusos y húngaros

Precisamente ayer, coincidiendo con la apertura de París 1930, el museo valenciano inauguró en otra de sus galerías una exposición de obras gráficas de las vanguardias rusa y húngara del periodo comprendido entre 1912 y 1925.Bajo el título La época heroica, esta muestra, cuyo comisario es Rainer Michael Mason, conservador del Gabinet des Estampes de Ginebra, está basada en fondos procedentes en su mayor parte de este museo, aunque también hay aportaciones de otras colecciones suizas.

Los grabados, collages, diseños y dibujos de esta muestra constituyen una panorámica del riquísimo trabajo de experimentación desarrollado, en épocas muy jóvenes de sus respectivas biografías, por autores como Malévich, Goncharova, Lissitzky, Rozanova, Rodchenko y Moholy-Nagy.

Rainer Michael Mason atribuyó ayer, en la presentación de la exposición, la sorprendente riqueza de la obra de los artistas de las vanguardias constructivistas y neoprimitivistas rusas y húngaras a su extensa cultura plástica, a que "conocían de modo muy profundo experiencias artísticas como el cubismo, el expresionismo o el fauvismo". Tras afirmar que el arte soviético actual no tiene este bagaje, afirmó: "El nivel de información de los artistas soviéticos actuales es muy inferior al de Malévich o Goncharova".

El comisario de esta segunda exposición abierta ayer en el IVAM señaló también cómo en los años sesenta y setenta se produjo una revisión del arte surgido de la revolución soviética, cuyo análisis ha suscitado un creciente interés entre críticos y teóricos. Según explicó, una buena parte del arte de nuestros días sería inimaginable sin la revisión de la obra de aquella época, caracterizada por una actitud extremadamente vital y una ruptura de la sintaxis y el significado del lenguaje artístico.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_