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Dos autobiografías de Verny y Nadeau abren la temporada literaria en Francia

La temporada literaria empieza este año en Francia con la aparición de dos libros autobiográficos de dos estrellas de la edición francesa: Françoise Verny, con Le plus beau métier du monde, y Maurice Nadeau, con Grâces leur soient rendues, mémoires linéraires.Sin estos dos dinosaurios de la edición, la literatura francesa del siglo XX habría brillado de otra manera. En este punto los críticos están de acuerdo. Aunque en los años cincuenta ambos sintieron admiración por Stalin y comparten desde siempre el haber dedicado buena parte de su vida a descubrir talentos, las trayectorias desarrolladas por Verny y Nadeau, sus métodos y su formación son muy diferentes. Sin embargo, sus carreras se juntan ahora por haber elegido los dos el mismo momento para contar cómo transcurrieron.

Entre los grandes partos editoriales de esta mujer, François Verny, formada en la Escuela Normal Superior de la calle de Ulm, figura el de la nueva filosofía, encabezada por Bernard Henri Lévi, a quien descubrió en sus años de Grasset. Luego cambió esta editorial, en 1982, por Gallimard, que abandonó cuatro años después, cansada de trabajar "en solitario y con el freno puesto", como le habían vaticinado algunos amigos y como recuerda ella misma que ocurrió. De su época en Flammarion, donde trabaja ahora, hablará quizá en otro momento.

Para Maurice Nadeau, que fue periodista y resistente como Verny, y también crítico literario, una de sus armas principales es el tiempo: el que dedica a sus autores, a leer todos los manuscritos que le envían y a recibir a quien tiene algo que decirle. La etiqueta por la que se le conoce es la de la honestidad.

Gombrowicz, uno de sus descubrimientos, ya se lo dijo: "Encuentro que la crítica es algo verdaderamente diabólico". Pero "su gran honestidad espiritual le procura una especie de inocencia en su oficio satánico".

Malcolm Lowry, Georges Perec, Roland Barthes y Raymond Queneau fueron algunos, de los autores que sacó a la luz en Francia este editor, considerado "modelo de modestia" por sus colaboradores.

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