El Gobierno kuwaití en el exilio cree que Sadam Husein quiere iraquizar su país
El éxodo de miles de kuwaitíes, que empezó, inesperadamente la madrugada del pasado domingo, prosiguió durante todo el día de ayer por la frontera saudí de Jafyi. Sin embargo, a última hora de ayer, mujeres kuwaitíes declararon tras cruzar la frontera que las tropas de Irak retenían en Kuwait a los hombres en edad militar sin dar explicaciones. El ritmo del éxodo fue muy lento debido a los minuciosos interrogatorios que deben pasar los refugiados a su llegada a Arabia Saudí.
Al carecer de documentos, destruidos por las fuerzas de ocupación, aquí tienen que probar quiénes son y satisfacer con sus respuestas a las autoridades saudíes, que temen que se puedan infiltrar agentes iraquíes o terroristas.Un comunicado de¡ Gobierno de Kuwait en el exilio, emitido desde la apacible ciudad de Taif, en la costa del Mar Rojo, ha calificado de "nuevo juego del régimen iraquí" la apertura de la frontera con Arabia Saudí, cuya finalidad sería "sacar de Kuwait a todos los kuwaitíes para sustituirlos por iraquíes".
El Gobierno de Kuwait en el exilio apoyaba implícitamente en su comunicado la tesis de la iraquización de Kuwait, como objetivo propuesto por Sadam Husein. Sin embargo, un portavoz del Gobierno kuwaití en el exilio se negó a especular, acerca de la sospecha que expresaron algunos refugiados al decir que Husein acabará entregando Kuwait a los palestinos. "El Gobierno en el exilio estudia una respuesta adecuada a esa pregunta", dijo el portavoz en una conversación telefónica con EL PAÍS.
Brecha
Por las impresiones de muchos refugiados kuwaitíes, esta brecha en la frontera, seguida de una fuga que fue alentada por las autoridades de Irak, será taponada dentro de dos o tres días Bagdad debe considerar este plazo más que suficiente para ultimar el éxodo selectivo de kuwaitíes, en su mayoría lo bastante ricos como para viajar a Europa o asentarse en cualquiera de los emiratos vecinos. Se da por seguro que muchos de ellos disponen de cuantiosas sumas de dinero en cuentas bancarias abiertas en el extranjero. Temerosos de que su huida sea interpretada como una conducta poco solidaria y dudosamente patriótica, los kuwaitíes dijeron a la Prensa que tienen la intención de regresar a su país para liberarlo en el momento oportuno.
Las tropas iraquíes impidieron que miles de inmigrantes asiáticos se unieran al éxodo de los privilegiados kuwaitíes y penetraran en Arabia Saudí, donde tal vez tendrían trabajo. Los que pudieron llegar hasta la frontera fueron violentamente obligados a desandar el camino. Algunos de éstos eran empleados del hogar de los que ahora estaban huyendo. Escasas excepciones se registraron entre egipcios. Algunos pudieron pasar a este lado.
El temor a que se infiltren terroristas en esta magistral operación demográfica de Sadam Husein parece justificado. Los norteamericanos, hasta ahora muy discretos, reforzaron la vigilancia en todas sus instalaciones militares e incluso antes de abrirse el puesto fronterizo de Jafyi.
El conocido terrorista palestino Abu Abbas fue entrevistado recientemente en Bagdad por un periodista del Wall Street Joumal, lo que confirmó que se encuentra instalado en la capital iraquí y que está dispuesto a iniciar cualquier clase de acción.
El ministro saudí de Exteriores, Saudí al Faisal, dio un paso en la diplomacia ultraconservadora de este reino al trasladarse a Moscú con el encargo del monarca deestablecer relaciones diplomáticas lo antes posible con la Unión Soviética. Estas relaciones han permanecido interrumpidas desde hace 52 años.
La invasión soviética de Afganistán abortó un intento de normalizar la situación. Pero Riad entiende que es ahora o nunca el momento de dar el paso, a la vista de la actitud del Kremlim ante el conflicto. De los 50 millones de musulmanes que viven en la URSS, sólo 1.500 visitaron este año la Meca. Esta cifra se elevaría con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas.
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