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Entrevista:

"No hay que excluir la guerra"

"No hay que excluir la guerra en el Golfo, pero espero que eso no ocurra", afirma en entrevista con EL PAÍS la secretaria general del Consejo de Europa, Catherine Lalumière, que realizó ayer una visita rápida a Madrid para entrevistarse con el presidente del Gobierno, Felipe González, y con el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, en preparación de la presidencia española del Comité de Ministros del Consejo a partir de primeros de noviembre.Lalumière, de 53 años de edad, ha desempeñado diversos cargos políticos en el Gobierno socialista francés hasta su acceso a la secretaría general del Consejo, en Estrasburgo, en sustitución de Marcelino Oreja.

La referencia al conflicto del Golfo es obligada. "El Consejo de Europa", dice, "ha expresado claramente su posición: condena la violación del derecho internacional y de los derechos del hombre por Irak. La unanimidad es total". El comité de delegados de ministros de los 23 países miembros adoptaron el miércoles una resolución condenando a Irak y afirmando: "El respeto integral de la preeminencia del derecho en las relaciones internacionales debe ser restablecido mediante la retirada incondicional de las tropas iraquíes de Kuwait y la restauración de su soberanía".

El petróleo

Lalumière afirma que los métodos utilizados por Irak pueden obligar a hacer la guerra para restaurar la situación anterior a la invasión de Kuwait. "Las consecuencias para Europa son muy importantes, porque dependemos del petróleo en gran medida. Es cierto que los más afectados son los países de Europa central, que tienen una economía muy frágil y son totalmente dependientes del petróleo".

Uno de los temas más importantes que el Consejo de Europa tiene sobre el tapete es la incorporación de los países del Este. Lalumière afirma: "Después de la revolución experimentada en el Este, el Consejo de Europa ha sido contactado por esos países. Estamos ayudándoles a consolidar la democracia. Hungría está en vísperas de ingresar en el Consejo como miembro de pleno derecho, seguido de Checoslovaquia y de Polonia. La República Democrática Alemana ha entrado rápidamente por la vía de la reunificación. Estamos también en contacto con Yugoslavia, Bulgaria y Rumania. Con la URSS tenemos acuerdos de cooperación, aunque representa un caso especial".

Respecto a la reunificación alemana, la secretaria general del Consejo de Europa considera difícil prever el futuro. "La partición de Alemania", dice, "fue una mutilación no sólo para ese país, sino también para toda Europa. La reunificación va a suponer un desafío demográfico (la Alemania unida tendrá una población de 80 millones de personas), económico y político. Los centros de gravedad de Europa se van a desplazar geográficamente. No hay por qué temer posibles conflictos militares en el futuro. Por eso soy partidaria hoy más que nunca de la construcción europea, tanto comunitaria como de la gran Europa, y para alcanzar ese objetivo hay que reforzar también el papel del Consejo".

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