Nacer en Madrid

Diversas informaciones aparecidas en el pasado mes de julio planteaban de forma un tanto singular el problema de los recién nacidos en la Comunidad de Madríd. Dejando a un lado algunos conceptos y comentarios que allí se vertían y que muestran bien a las claras una grave e interesada desinformación, la denuncia bien sirve para plantear un tema de indudable interés general y que exige un mínimo de seriedad.Para nuestras autoridades sanitarias, fuera de la época estival, nuestros recién nacidos son atendidos sin problemas. Sin embargo, en esta época se cierra un número no definido de camas en diversas unidades que atienden a estos niños y se trabaja al ciento por ciento de ocupación, aunque se atiende a la mitad de niños.

En los meses de verano se pueden disminuir determinadas actividades, como dejar de tratar algunos eczemas, pruritos varios, alopecias de diversa localización, papilomas o quistes sebáceos. Pero mientras no llegue lo que podríamos denominar el embarazo y parto por decreto (el organismo correspondiente esta blece el momento oportuno para que la población femenina se quede embarazada y dé a luz el correspondiente producto), en los meses de verano siguen na ciendo los niños con la misma naturalidad que el resto del año.

Ante esta situación, no parece una medida seria el anular camas para atender a estos niños. ¿Por qué se cierran entonces? La razón es muy simple, no hay enfermeras. Hace unos años, por una desacer tada decisión, se cerraron diversas escuelas de enfermería, hoy esca sean en el mercado de trabajo y no hay suficientes para atender nece sidades tan perentorias como las

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que comentamos. En algunos hospitales se puede mantener el ritmo habitual de atención a estos niños (igual número de niños atendidos e igual calidad en la asistencia) porque el personal de enfermería dobla su turno de trabajo, duplica su horario de trabajo. Uno se imagina a alglinos profesionales que la sociedad cataloga de alta responsabilidad, asumir esta obligación (hablamos de atención a niños graves y en el sector público).

Lo cierto es que, en los meses de verano, los recién nacidos con problemas que nacen en Madrid sufren las consecuencias de una mala planificación. El ejemplo más claro lo constituyen los prematuros con peso inferior a 1.500 gramos y que son los que con más frecuencia pueblan las unidades de cuidados intensivos para recién nacidos. No es infrecuente en esta época que se vean rechazados por uno o varios centros y al final tengan que ser atendidos, "porque no hay sitio", donde no debían ser atendidos.

Nuestra sociedad todavía no ha debatido como tal estructura social organizada que intenta progresar muchos de los problemas sanitarios que le acucian. ¿Qué ocurre con nuestros recién nacidos?, ¿quedan con secuelas muchos más de los que son inevitables? (la inmensa mayoría de los retrasos mentales tiene su origen en este periodo de la vida), ¿qué métodos de control tiene establecidos nuestro sistema para detectar, corregir y prevenir los errores o desviaciones que se puedan producir?, etcétera. Los problemas son algo más que los casos anecdóticos y los niños ciegos de Jaén.

Para poder debatir un tema es preciso disponer de la más diversa información. Por desgracia, nuestra abnegada y sumisa sociedad se conforma con muy poco. Muchas cosas han cambiado en nuestra sanidad, pero hay que reconocer que los cambios se han producido fundamentalmente en la forma, poco, muy poco, en el fondo.- neonatólogo.