Un problema de decisión
La investigación en ciencias de la salud debe estar planificada para, partiendo del conocimiento generado por la misma y orientándolo a colmar las necesidades sociales, resolver los problemas de salud. Elaborar una política científica en salud exige la previa explicitación de la política san¡taria, entendiendo la salud en función de las necesidades sociales. Si por política de salud se entiende la estrategia para aplicar los conocimientos y los recursos sanitarios a las necesidades y demandas sociales, es obvio que la política científica en salud debe perseguir la generación de conocimientos con tales fines.Definida ya La estrategia de la salud en el año 2000 en España por el Ministerio de Sanidad y Consumo, con la finalidad de añadir años a la vida, añadir salud a la vida y añadir vida a los años, los objetivos generales de la política de salud en España son la promoción de hábitos saludables de vida, la prevención de riesgos ambientales para la salud y la mejora del sistema de cuidados de salud.
Compromiso
Para alcanzar estos objetivos se necesita el compromiso y cooperación de la comunidad científica, no sólo de la relacionada con las ciencias de la salud, sino también de la de otras disciplinas (ciencias de la conducta, sociales y naturales, ingeniería, arquitectura, etcétera). La investigación es imprescindible para poder:
1. Hacer una descripción de todos los aspectos de la salud de la población y así poder controlar la consecución de los objetivos.
2. Concretar los factores biológicos que determinan la salud.
3. Valorar la influencia de los estilos de vida en la salud.
4. Realizar un análisis de la forma en que el entorno físico, biológico y social determina la salud de los individuos y de la población.
5. Mejorar los procedimientos de toma de decisiones, de planificación y de gestión de los recursos sanitarios para que la asistencia sanitaria y en general el dispositivo de cuidados sea el más adecuado a las necesidades.
Teniendo en cuenta todos estos factores, la investigación en salud debe tratar de perseguir cuatro objetivos fundamentales:
a) Fomentar la investigación sanitaria socialmente relevante y científicamente de alta calidad.
b) Promover la necesaria investigación estratégica en salud a través de programas orientados a las áreas prioritarias.
c) Coordinar la investigación en salud y aplicar los conocimientos a acciones inmediatas a través de conferencias de consenso, etcétera.
d) Fomentar la cooperación internacional.
Con respecto a los campos temáticos que debe abordar la investigación en salud, ésta debe abarcar la totalidad de los determinantes de salud en la medida y proporción en que éstos actúan sobre aquélla. Estos campos temáticos de la futura investigación en salud constituirán el Programa Nacional de Investigación en Ciencias de la Salud, estructurado en cuatro grandes subprogramas: estado de salud y enfermedad, estilos de vida y salud, medio ambiente y salud y política de salud.
En el subprograma de estado de salud y enfermedad se centra el estudio de los procesos biológicos del organismo y el quebranto del estado de salud debido a los mismos; entre ellos se engloban el cáncer, el sida, el síndrome del aceite tóxico, los problemas ligados a la reproducción y el crecimiento, los problemas ligados al envejecimiento, la patología cardiovascular, las infecciones, las enfermedades endémicas no infecciosas y el fracaso orgánico.
En el subprograma de estilos de vida y salud se abordan los temas relacionados con el comportamiento del individuo y su repercusión en la salud, tales como los problemas relacionados con drogas y agentes terapéuticos (tanto respecto a abuso de drogas legales o ¡legales como a mal uso de agentes terapéuticos), las conductas que entrañan riesgo de daño (conductas peligrosas), los patrones y conductas saludables (salud buco-dental, alimentación sana, deporte y ejercicio, salud sexual, ocio) y los problemas relacionados con la marginalidad / indefensión (tales como las lesiones no accidentales, el embarazo no deseado, la maternidad y drogadicción, la jubilación, el trabajo marginal, la pobreza y las poblaciones trashumantes).
Medio ambiente
En el subprograma de medio ambiente y salud se contempla el efecto de los factores medioambientales sobre ésta, incluyendo las alteraciones en la adaptación humana, el medio ambiente saludable (factores de riesgo físicos, químicos, contaminación, riesgos específicos), la alimentación y nutrición (aditivos, procesado, contaminantes, calidad) y los problemas relacionados con factores sociales (empleo, desempleo, condiciones de vida, acúmulo de experiencias negativas y dificultades, salud laboral).
En el subprograma de política de salud se contemplan los instrumentos para una política de salud (información, evaluación, bioética), la evaluación de la asistencia sanitaria, el desarrollo de la tecnología sanitaria (tanto de métodos de diagnóstico y control como de métodos de tratamiento y rehabilitación, así como la tecnología farmacéutica), la investigación sobre los servicios de salud (prevención, provisión de asistencia, organización de la asistencia) y los métodos y técnicas educativos.
Establecido este programa, toda la investigación que se realice en España debe ser clasificada de acuerdo con los subprogramas, objetivos y áreas del mismo, permitiendo así tener un conocimiento de la investigación que se realiza sobre cada objetivo y facilitando por tanto su aplicación inmediata.
Conocida la investigación que de hecho se realiza por los diferentes objetivos y áreas, fácilmente se detectarán las deficitarias que deberán ser objeto de programas movilizadores especiales.
El conocimiento anterior facilita también la proyección de grupos españoles hacia el entorno internacional y por tanto la inclusión de estos grupos en programas internacionales de investigación sanitaria, especialmente en programas de la Comunidad Europea, bien sea como líderes o bien como grupos participantes.
Llevar este planteamiento de actuación a la práctica no es en absoluto difícil; la coordinación que desde el año 1987 se estableció entre el Fondo de Investigación Sanitaria del Ministerio de Sanidad y Consumo y la Dirección General de Investigación Científica y Técnica del Ministerio de Educación y Ciencia, con una convocatoria única y, con la posibilidad de trasvase de proyectos de una a otra institución, demuestran que, aun sin variar las condiciones materiales y la estructura de ambas instituciones, la coordinación se puede hacer efectiva. Un paso más adelante en esta línea debería ser el establecimiento de una convocatoria única para todos los organismos implicados en la investigación en ciencias de la salud, entre ellos el Plan Nacional de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico en lo que respecta al Programa Nacional de Investigación en Salud, y de un órgano gestor único para la investigación en salud; este órgano gestor podría ser el Fondo de Investigación Sanitaria, dada su tradición y su implantación en el colectivo de investigadores en ciencias de la salud. Para ello bastaría con aumentar la estructura de personal con la que actualmente cuenta y garantizar con niveles y salarios adecuados la calidad y permanencia en la institución de dichos recursos.
Evaluación
Establecido este procedimiento, el proceso de evaluación de proyectos debe ser el conocido como evaluación por expertos individuales y debe ser asumido en su totalidad por la Agencia. Nacional de Evaluación y Prospectiva. Esta evaluación científica debe ser posteriormente matizada en cuanto a su oportunidad por ponencias que podrían resultar de la transformación de las comisiones técnicas y del Consejo Científico del FIS.
Poner en práctica este sistema de gestión implica el compromiso de instituciones privadas como son las asociaciones y fundaciones. En el momento actual, éstas están utilizando fondos para promover investigación que en muchos casos no tiene la calidad mínima exigible; no se trata de desviar la capacidad y voluntad de financiar investigación que tienen las fundaciones, sino de reconducirlas para conseguir, de acuerdo con el primer objetivo antes mencionado, que la investigación desarrollada sea socialmente relevante y científicamente de alta calidad. Establecido el sistema de gestión antes esbozado, las fundaciones podrían actuar financiando los proyectos con evaluación favorable que versaran sobre los tópicos de su interés, si bien la fijación de estos tópicos debería estar acorde con las necesidades prioritarias a las que antes me refería. La actuación de las fundaciones podría ser de dos tipos, bien completando la financiación que los proyectos reciben de los organismos públicos o bien asumiendo la totalidad de la financiación de determinados proyectos.
Poner en marcha este esquema de gestión es fácil, dado que el programa de investigación en salud existe y que las entidades gestoras públicas se coordinan entre sí; culminarlo a corto plazo es más un problema de decisión que de generación de recursos.
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