¿Eternamente jóvenes?

Las recientes investigaciones en torno a la posible acción de la hormona del crecimiento en el retraso del envejecimiento han hecho concebir grandes esperanzas de que esta sustancia natural pueda ser el siempre buscado elixir de la juventud. Sin embargo, aunque la base científica teórica existe, los datos experimentales son todavía muy escasos y es necesaria la cautela, afirman varios especialistas españoles.

Basilio Moreno, jefe clínico de endocrinología del hospital Gregorio Marañón de Madrid y estudioso de todos los efectos de la hormona del crecimiento en el organismo, afirma que la acción de su administración en adultos no es apenas conocida. "Se tiene una gran experiencia en niños", añade, "al ser una hormona fundamental durante el periodo de crecimiento. Aunque su aportación para retrasar la vejez tiene una base científica teórica, debemos ser muy prudentes con sus posibles efectos secundarios en adultos".Según advierte este especialista, para los estudiosos de la hormona del crecimiento no es una novedad espectacular la idea teórica de que esta hormona, administrada en inyecciones, pueda interferir en el proceso de envejecer. "Al tratarse de una hormona anabólica, es decir, constructora, formadora de tejidos y órganos, participa en funciones como la mineralización de los huesos y la formación de los músculos o la piel. De ahí que, teóricamente, sea capaz de devolver vigor, fuerza y, en definitiva, juventud al hombre cuando empieza a perderla".

El tema ha cobrado palpitante actualidad con motivo de la publicación en la prestigiosa revista The New England Journal of Medicine de una investigación en la que se ha conseguido que un grupo de personas en edades comprendidas entre los 60 y los 80 años recuperen masa muscular y pierdan grasa. Daniel Rudman, profesor de la Universidad de Wisconsin (Estados Unidos) y director del estudio, advierte sobre el carácter preliminar de la investigación, pero no oculta su optimismo sobre la posibilidad de conseguir por medio de esta vía un medicamento que devuelva a los hombres, al menos, parte de la juventud perdida.

"Sabemos muy poco, desde el punto de vista experimental", indica Moreno, "de los efectos de esta hormona administrada en adultos, puesto que sus funciones principales las realiza en el periodo de crecimiento. Sin embargo, las funciones que cumple en la edad adulta son asumidas por otras hormonas y empieza a descender su producción. De ahí que su aportación como medicamento pueda tener ciertos efectos secundarios en los adultos".

En términos similares se pronunció al conocer esta investigación Gordon Cutler, jefe de desarrollo endocrino del Instituto Nacional para la Salud Infantil y el Desarrollo Humano de Estados Unidos. Uno de los efectos indeseados apuntados por Cutler es la diabetes, ya que esta hormona, junto con el glucagón, tiende a elevar los niveles de glucosa.

Regenera la piel

"Al cumplir una función en la síntesis de proteínas como formadora de tejidos, la hormona del crecimiento podría estar indicada en los adultos en ciertas situaciones, como en los quemados, para estimular la regeneración de la piel. Sin embargo, surge la duda de si, mediante el mismo mecanismo, no podría desencadenar un proceso tumoral latente", se pregunta Antonio Oliver, endocrinólogo de la unidad "de crecimiento del hospital La Paz de Madrid."Tal vez podría ser eficaz", matiza, "en estados de envejecimiento precoz, como una cura temporal de rejuvenecimiento. Pero pienso que administrada en adultos durante mucho tiempo acarrearía más problemas que beneficios".

Todos los especialistas aceptan la eficacia teórica de esta hormona como rejuvenecedora, pero consideran que no es el elixir de la eterna juventud. Y el panorama se convierte en un mar de dudas a la hora de emplearla en adultos y valorar sus efectos reales: ¿a partir de qué momento se debe administrar?, ¿en qué situaciones?, ¿en qué dosis?, ¿durante cuánto tiempo?, ¿qué efectos indeseados podría provocar?

Según indica Rafael Iturriaga, jefe de endocrinología pediátrica del hospital Ramón y Cajal de Madrid, las investigaciones de la acción de esta hormona realizadas en Estados Unidos en adultos han empezado con la producción a escala industrial de la hormona biosintética.

"Por ser lípolítica, sabíamos que reduce la grasa, pues se ha observado en algunos niños gruesos con problemas de crecimiento que, al administrarles esta hormona, perdían peso, ade más de aumentar de talla. Su empleo también se ha estudiado en el tratamiento de ciertas obesidades. Pero su uso en adultos arro ja todavía muchísimas dudas Además, entre los inconvenientes hay que citar su elevadísimo precio", dice Iturriaga.

Los especialistas españoles estiman que un tratamiento rejuvenecedor con hormona del crecimiento biosintética ascendería anualmente a cuatro millones de pesetas, considerando que la do sis necesaria sería de una inyección diaria.