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FERIA DE ALMERÍA

La merienda empapuzada

En Almería, como en otras plazas se Interrumpe la lidia tras el tercer toro para merendar. En la primera de feria un empleado paseó un cartelito avisando que por necesidades de TVE la merienda sólo duraría 15 minutos. En 15 minutos, por la dictadura televisiva, había que comerse una caja de medianoches, sendas cajas de emparedados de jamón y de queso, una empanada de chorizo, tocinos de cielo, bienmesabes, bizcochos borrachos, pastelillos de cabello de ángel; y todo ello bien regado con manzanillas, finos, tintos, blancos, cavas, etcétera. Lógicamente todo eso en un cuarto de hora significa empapuzarse. Aunque los más impacientes, en vista de la advertencia, se tomaron ventaja. Como el primero de Cepeda fue un toro muy soso, comenzaron a desempaquetar cajas y a descorchar botellas. La merienda pudo haber sido más placentera, pues al cuarto lo devolvieron por cojo al corral, y se fue solito. Pero los cabestros, más resabiados, debían de saber lo de la merienda, y no querían volver a los corrales. También con el sobrero, que fue manso, se pudo continuar la merendola, pues Curro Vázquez lo toreó con la derecha brevemente sin el menor ajuste, hasta que le hizo un extraño y en seguida desistió.

Bartolomé / Vázquez, Mora, Cepeda

Toros de Herederos de Felipe Bartolomé, (42 sobrero), desiguales, descastados. Curro Vázquez: estocada perdiendo la muleta, descabello (vuelta); caída (pitos). Juan Mora: dos pinchazos, descabello (silencio); tendida (oreja). Fernando Cepeda: dos pinchazos, media, aviso, tres descabellos (silencio); ligeramente desprendida (silencio). Almería, 20 de agosto. Primera de feria. Dos tercios de entrada.

Zarandeo

En el quinto debió de haber más de un corte de digestión, pues cuando toreaba Juan Mora, reposadamente, a la verónica, fue violentamente zarandeado Se deshizo de las asistencias afortunadamente ileso. Para celebrarlo también se descorchó más de una botella. Y en ese ambiente de euforia se solicitó la oreja para el de Plasencia, tras una desigual faena en la que destacaron dos tandas de redondos, una serie de naturales con algunos enganchones y sobre todo su actitud temeraria, quizás todavía algo inconsciente del golpe. El presidente, que también había merendado, le otorgó el trofeo. El segundo, tan tercio que no debió admitirse, se paró a poco de comenzar Juan Mora su faena. Consiguió una aceptable serie de redondos en la que lo hizo todo el torero. Curro Vázquez a su primero le hizo una faena aseada.Las mejores verónicas de la tarde, tanto antes como después de la merienda, correspondieron a Cepeda. La falta de raza del sexto, como la de casi todo el encierro, impidió que los muletazos decorosos del de Gines tuvieran la menor emoción. Emoción sí que tuvo ver cómo se puede engullir tan copiosa merienda en 15 minutos. Algo así como comer las uvas en Nochevieja.

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