Irak convierte en rehenes a miles de occidentales

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas inició esta madrugada (hora peninsular española) una reunión de urgencia para tratar de la situación de los miles de extranjeros residentes en Irak y Kuwait que se han convertido en rehenes del Gobierno de Bagdád. Las autoridades iraquíes anunciaron ayer de madrugada que todos los ciudadanos de países hostiles a su régimen iban a ser agrupados en diversas instalaciones vitales, incluidas bases aéreas y refinerías, tanto en territorio iraquí como kuwaití. Esa decisión supone que los ciudadanos occidentales serían las primeras víctimas en caso de un ataque de Estados Unidos o sus aliados. Irak añadió, en un comunicado difundido a media tarde, que los niños extranjeros tomados como rehenes serían víctimas de¡ hambre que pueda causar en el país el bloqueo internacional y que serían tratados igual que los niños iraquíes.

La actitud de Bagdad fue considerada "totalmente inaceptable" por el portavoz de la Casa Blanca, Marlin Fitzwater, en nombre del presidente, George Bush.Los nacionales de Egipto quedan excluidos de la medida adoptada con los occidentales. "Los hermanos egipcios son hijos de la nación árabe, y el ciudadano iraquí, que está unido a todos los miembros de esta nación, lo está aún de forma más particular con los egipcios que viven sobre territorio de Irak", explicaba la aclaración difundida por la agencia oficial de noticias iraquí, INA. De esta forma, las autoridades de Bagdad intentan alejar el peligro de una condena unánime de los árabes, quienes pueden mostrarse más comprensivos hacia la retención de occidentales.

Dado que el Gobierno de El Cairo encabeza el bloque árabe que condena a Irak, inicialmente se pensó que junto a los occidentales, los egipcios se convertirían en el primer objetivo. A falta de datos oficiales, se calcula que entre un millón y un millón y medio de súbditos del país del Nilo pueden encontrarse aún en territorio iraquí, principal destino de sus emigrantes. Otros 100.000 se estima que se hallan en Kuwait, tras la huida registrada en los últimos días.

Las autoridades egipcias han manifestado en repetidas ocasiones su preocupación por la suerte de sus nacionales. Ayer, el presidente Hosni Mubarak pidió la convocatoria urgente de una conferencia de ministros de Exteriores de la Liga Árabe para debatir la crisis del golfo Pérsico.

Bagdad calificó como "un acto de guerra" el bloqueo contra Irak. "El pueblo iraquí ha decidido retener como invitados a los ciudadanos de esos Estados agresivos que se encuentran en su territorio, mientras Irak esté amenazado por una guerra", informó el presidente del Parlamento iraquí, Saadi Mahdi Saleh. Su declaración, difundida de madrugada por INA, precisaba que " esta medida se mantendrá hasta que se presenten al pueblo de Irak garantías concretas y suficientes que le aseguren que el peligro de una agresión ha quedado totalmente descartado".

El rescate

Este anuncio añade el elemento que hasta ahora faltaba para calificar de rehenes a los ciudadanos extranjeros retenidos en Irak: el rescate. Para que no quede duda, Saleh precisó que, en su opinión, de esta forma "se alejaría la guerra y la agresión". Sadam Husein, el hombre fuerte de Bagdad, está dispuesto a mercadear con las vidas de varios miles de personas, a cambio de que se tolere su expansionismo. Este trueque improbable se adereza con la indicación, casi macabra, de que, a la espera de una respuesta, los rehenes formarán un escudo que protegerá los centros vitales de Irak.

"Para garantizarles un albergue adecuado", prosigue el comunicado, "el Parlamento iraquí ha establecido una coordinación con ciertos ministerios e instalaciones estatales, tales como los de Petróleo, Industria militar, Fuerzas Armadas, incluidas las bases aéreas y la refinería de Kuwait, así como con otros lugares en todas las regiones de Irak".

Un grupo de 35 norteamericanos, que hasta hace unas horas permanecía en un hotel de Bagdad, ha sido trasladado por unidades militares a varios lugares que no han sido revelados ni a a delegación diplomática norteamericana ni a la Prensa, informa desde Washington Albert Montagut. El Gobierno de Bagdad ha explicado que el estado de estas personas es "perfecto" y que su traslado se justifica por la presencia masiva de periodistas en el hotel Meliá-Mansour donde se hallaban instalados.

Este traslado ha reavivado en Washington el temor de una posible represalia de Sadam Husein contra los estadounidenses que se encuentran en territorio iraquí. La Casa Blanca fija en mas de 600 el número de norteamericanos que se encuentran en Irak y en 2.500 los que permanecen en Kuwait.

El Departamento de Estado anunció ayer que continuaba trabajando, junto a sus aliados, para conseguir la libertad de todos los occidentales que se encuentran encerrados en Irak y Kuwait, y que el responsable de su delegación en Bagdad, Josef Wilson, mantenía contactos directos con el ministro de Asuntos Exteriores iraquí.

El presidente norteamericano, George Bush, que ayer continuaba sus vacaciones en Kennebunkport (Maine), decidió por su parte activar la reserva militar en Estados Unidos. Un total de 2.500 reservistas, que compondrán unidades médicas y de transporte, ha sido llamado a filas. Estados Unidos cuenta con un 1,6 millones de reservistas, de los que 200.000 podrían ser activados en cuestión de horas con una simple orden cursada por el presidente.