"No reniego de nada"
A los 83 años las cosas se ven distintas que a los 20, cuando Enrique Líster ingresó en el Partido Comunista de Cuba, fundado dos años antes, en 1925, cuando los ecos de la revolución bolchevique llegaban a la bella ísla del Caribe.Pregunta. ¿Por qué se hizo comunista, en vez de descubrir las Américas?
Respuesta. Yo trabajaba en el Capitolio, con otros canteros, entre ellos un grupo de canarios. Me fui con ellos... Yo no tenía entonces muy claro qué era lo uno y lo otro. ¿Qué sabía yo? No sabía nada, no había leído nada. Pero lo que contaban de la revolución rusa, que el pueblo tenía el poder, que se iban a terminar las injusticias y las desigualdades, era un elemento atractivo para cualquier trabajador.
P. Y usted leyó y estudió marxismo.
R. Bueno, realmente mi actividad política comenzó a mi regreso a España en 1928. Allí, en Galicia, trabajé para organizar el sindicato de oficios varios -ya era militante del Partido Comunista de España- y en condiciones nada fáciles, con la dictadura de Primo de Rivera por medio.
P. Visitó la cárcel varias veces.
R. Tuvimos varios choques con los patronos. Y un patrono resultó muerto. En fin, toda una serie de historias, así que el partido me tuvo que sacar de España en 1932 y me envió a la URSS.
P. ¿Es cierto que en aquella época los comunistas boicoteaban los bailes juveniles porque consideraban que éstos atentaban contra el espíritu revolucionario?
R. ¡Eso es un coñazo! Yo no bailaba, pero hacía lo posible para que bailasen los demás. Quien no quería era la Guardia Civil, que por la noche, echaba a los mozos a casa. Nosotros los defendíamos.
P. Era una oportunidad histórica poder mamar la Rusia de 1932, sobre todo para un comunista convencido. ¿Qué recuerdos quedan de aquella época?
R. Estuve allí tres años. Uno de formación política, otro de formación militar [allí coincidió con Modesto] y otro trabajando ¿n la construcción de la primera línea del metro de Moscú. ¿Recuerdos? La vida era muy dura. Te daban 800 gramos de pan [equivalente a cuatro pistolas], 400 gramos de pan blanco y 400 de pan negro. Yo cambiaba el blanco por el negro porque era más sólido, más de cemento armado. Vivíamos en barracones en las afueras de Moscú; en el túnel el agua te entraba por el cuello y te salía por los pies. Pero estábamos llenos de entusiamo. Casi todos éramos jóvenes voluntarios. En mi brigada, compuesta por 25 personas, la mitad eran hombres y la otra mitad mujeres; el jefe era un estudiante de 19 años... Cuando he vuelto a Moscú y he visto cómo hacían las otras líneas, con medios suficientes, siempre recuerdo el trabajo de aquella primera línea.
P. Pero la lucha por el poder estaba en pleno apogeo. ¿Qué pensaba de la lucha contra Trostki, Bujarin, la oposición de izquierda por parte de Stalin?
R. ¡Qué sabíamos nosotros de eso! Estábamos llenos de entusiasmo y no nos enterábamos de lo que pasaba a altos niveles. A nuestro nivel nada trascendía de aquellas peleas. Lo único que se veía era espíritu de sacrificio y de trabajo.
P. Y regresa a España en vísperas del levantamiento fascista.
R. Sí. Yo volví a España en septiembre de 1935 para dirigir el trabajo antimilitarista en el partido. Publicaba todos los meses para el Ejército El soldado rojo, en plan clandestino. La guerra me cogió realizando esa tarea.
P. Otra época dura para todos los españoles.
R. El PCE, tras la represión de la revolución de Asturias, había,tomado la decisión de organizar las MAOC (Milicias Armadas Obreras y Campesinas) ante un eventual golpe fascista, organizaba los grupos y les daba cierta instrucción.
P. Pero quien pasó a la historia fue el Quinto Regimiento...
R. El Quinto Regimiento surgió tras la sublevación, el 19 de julio de 1936 en Madrid, a raíz del asalto al Cuartel de la Montaña. El partido dio cierta organización a las gentes que habían participado en aquella acción y se requisó un convento en la calle de Francos Rodríguez que tenía un patio para entrenamiento. Así comenzó el Quinto Regimiento.
Recuerdos de guerra
P. Luego se vio que la guerra civil era un hecho y que nadie podía adivinar cuánto iba a durar y quién iba a ganar.
R. Al principio, más que una guerra civil eran unos choques entre unos y otros. El nombre de guerra civil llegó luego, pero nadie se creía que iba a durar tanto. Nosotros creíamos que les íbamos a aplastar de la noche a la mañana y ellos que nos iban a aplastar de la mañana a la noche. Así llegaron aquellos primeros meses en que el enemigo actuaba con unidades organizadas y nosotros con milicias. Todo el mundo organizaba milicias... En todos los sitios no había nada más que requisas... Pero los trabajadores y campesinos venían por millares a enrolarse. El PCE fue el primero en darse cuenta que la guerra podía ser larga y que era necesario plantearse una organización militar. Por eso el Quinto Regimiento llegó a convertirse realmente en una unidad militar.
P. Tiene fama de haber sido un jefe duro.
R. Yo era un jefe justo, con unos y con otros. Los franquistas nunca han podido acusarme de que fusilara a los prisioneros. Jamás. Yo era respetuoso con el enemigo que caía en nuestras manos. A los curas , a'las monjas, se les respetaba, siempre que no se les cogiese con un fusil en la mano... Quiero decir que a mí me gustaban la disciplina y la justicia, tratar a la gente con dignidad.
P. ¿Es un militar metido en política o justo lo contrario?
R. Me considero un hombre político. Frente a ocho años en que actué con las armas tengo una buena cantidad como dirigente político. Por no hacer, no hice ni el servicio militar.
P. ¿Por qué?
R. Me mandaron a la cárcel... Pero pienso que si hay que hacer una cosa, pues se hace. Y si hay que pegar tiros, pues se pegan... Y se acabó.
P. ¿Stalin hizo todo lo que pudo por ayudar a la República?
R. No. Al comienzo, Stalin no quefía participar. Estuvo ramaleando a ver si... Él quería un acuerdo con ingleses y franceses en contra de los alemanes. Luego, cuando vio que Italia y Alemania se metían en España, comenzó a su vez a vendernos armas. Al final, cuando vio que la cosa no nos era favorable, vinieron los acuerdos. En plena guerra nuestra, durante la batalla del Ebro, se firmó el pacto Ribentropp-Mólotov. Es decir, que... ¡Y nosotros nos batíamos ya en los riscos de Pandols, allá en el Ebro, sin armas ... !
P. Tras una vida de militante comunista, que le ha llevado a enfrentarse al PCE, a fundar el PCOE y a reingresar en el PCE tras la expulsión de Carrillo, ¿cómo ve el proceso de desmantelamiento que está viviendo el socialismo real?
R. Veo que la Revolución de Octubre ha pasado por donde pasaron todas las revolucioñes anteriores. Coge la revolución de los Países Bajos, coge la revolución de Cromwell, coge la gran Revolución Francesa... Coge cualquier revolución y verás qué bandazos han vivido. Y, sin embargo, fueron positivas, progresivas. Ahora, coge la Revolución de Octubre... ¡Que me quiten lo bailao! Hay que ver lo que era el mundo hace 70 años y lo que es ahora. ¡Y hay que ver el papel que ha desempeñado la Unión Soviética en todo ese proceso! Lo que pasa es que se han mezclado conceptos. ¿Comunismo? ¿Quién habla de comunismo? Pero, ¿qué comunismo había en la URSS con 400 gramos de pan negro? Eso ni es comunismo ni es nada.
P. ¿Cuándo comenzó el proceso contrarrevolucionario en la Unión Soviética?
R. Hay épocas para todos los gustos y hay cosas para todos los disgustos. Lo que pasa es que... Si coges a Stalin, por ejemplo. Stalin tiene partes positivas y tiene otra muy negativa. Hay quien lo mete todo en el mismo saco. En una época, el balance de Stalin era todo positivo. Ahora, todo es negativo. Pero ni entonces era todo positivo ni ahora todo negativo.
P. De Stalin a Gorbachov hay un abismo de tiempo y de ideología.
R. Cuando pienso en Gorbachov, me pregunto cómo van a guisárselo y a comérselo. No sé, pero él está haciendo un trabajo muy positivo.
P. ¿Gorbachov es la única alternativa para la Unión Soviética?
R. Los hechos están ahí.
P. Luego, ¿ha muerto el comunismo?
R. Hay que esperar que las gentes de nuestros días sacien su hambre de coches, de diversiones... de la Biblia en verso. Ya se saturarán de esas cosas. La felicidad no es eso. Y la justicia tampoco. ¿Cómo se puede olvidar que tres cuartas partes de la humanidad continúan pasando hambre, que millones de personas se mueren todos los días por no comer?
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