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Los partes sobre el estado de las playas suelen diferir porque responden a distintos parámetros

Los diferentes índices de contaminación que atribuyen las administraciones correspondientes a idénticas playas del litoral tienen, según los científicos, una explicación simple: las circunstancias climatológicas -tormentas, vientos, etcétera- y oceanográficas -como corrientes y mareas- son capaces de modificar en minutos los indicadores. Además, los datos que difunden periódicamente las administraciones suelen corresponder a periodos diferentes y, a menudo, parten de análisis distintos. La Generalitat catalana ha iniciado este verano el análisis semanal de los organismos microbiológicos que pueblan el agua de sus playas, así como otro mensual de elementos físico-químicos y orgánicos, y de metales.

Para emitir su propio informe, la Comunidad Europea (CE) se nutre de la información que recibe de los Estados miembros y la española, a su vez, de la que le suministran las comunidades autónomas. Así, la CE ha revelado recientemente la situación de las playas española en 1988 (véase EL PAÍS del 10 de julio), y los índices publicados este año por el Ministerio de Sanidad corresponden a 1989 (véase EL PAÍS del 17 de julio). La Dirección General de Medio Ambiente de la Generalitat de Cataluña, por su parte, ha empezado a informar este verano, cada fin de semana, del nivel de calidad del agua y la arena en 105 puntos del litoral a partir de la mera observación visual y del análisis de ciertos organismos microbiológicos que habitan en el agua -coliformes totales y fecales, y estreptococos fecales-.Aparte de éstos, se efectúan análisis mensuales de parámetros físico-químicos -pH, temperatura, salinidad, aceites, minerales, etcétera-, contaminantes orgánicos -hidrocarburos, por ejemplo-, y metales pesados -arsénico, cadmio, cromo, plomo y mercurio- La CE obliga a analizar 13 índices aunque recomienda 19. La Dirección General de Medio Ambiente de la Generalitat, que ha empezado a funcionar este año con presupuesto propio, analiza 29 indicadores.

Punto negro

Si comparamos la referencia de la playa barcelonesa de la Barceloneta en los informes anuales de la CE (1988) y del Ministerio de Sanidad (1989), por ejemplo, vemos que en ambos se califica la playa con un punto negro, lo que implica que no es apta para el baño; sin embargo, los análisis efectuados durante las dos últimas semanas por la Generalitat atribuyen a esta playa una puntuación de tres sobre cinco. "Un análisis de contaminación de las aguas no es válido si no se realiza de forma continuada durante un periodo mínimo de un año", asegura Lluís Comellas, jefe de servicio del Instituto Químico de Sarrià de Barcelona. Comellas añade que una valoración correcta es la resultante del promedio de los análisis efectuados sistemáticamente. Esta opinión es compartida por Mariona de Torres, directora técnica de los dos programas de análisis de calidad de las aguas del litoral catalán que efectúa la Dirección General de Medio Ambiente en colaboración con la Universidad de Barcelona y el Centro de Investigación y Desarrollo (CID), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Por ello, la Generalitat publicará dentro de un año los resultados obtenidos del estudio semanal y mensual de los 29 indicadores.El control semanal de las aguas marinas catalanas, en el que trabajan una quincena de profesionales, siete recogiendo muestras -estudiantes de los últimos cursos de Ciencias Químicas o Biológicas- y otros tantos realizando los análisis en el departamento de Microbiología de la Facultad de Medicina de la UB en Reus (Tarragona), tiene un doble contenido.

En primer lugar, los inspectores, que visitan 135 puntos de 105 playas por lo menos tres veces por semana, observan durante media hora el aspecto del agua y la arena, después rellenan un ficha donde escriben las características de los residuos. Por ejemplo, deben hacer constar si se trata de residuos propios del mar, como las algas, o bien responden a la presencia humana -latas de bebida, papeles, plásticos, etcétera- Durante el fin de semana, las mismas personas recogen también una muestra de agua que transportan a Reus, donde, tras un proceso de filtración e incubación que dura 24 horas, los analistas cuentan, uno a uno, los mierorganismos biológicos contenidos en 100 mililitros de agua, en 20, en 5 y en 1. Después de esta operación, se confirman los resultados.

Una vez al mes, dos técnicos de Medio Ambiente se desplazan hasta 62 puntos del litoral catalán, ocho de ellos situados en las proximidades de las desembocaduras de ríos, donde recogen 10 litros de agua. Esta muestra sirve de base para efectuar el resto de los análisis que engrosarán el informe anual.

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