El terror en 1989
LA DESAPARICIÓN de las tensiones internacionales de los enfrentamientos estratégicos entre bloques, la caída de regímenes tiránicos y el establecimiento de la paz en lugares en los que antes imperaba la guerra tienen poco que ver, lamentablemente, con el estado en que se encuentra el respeto por los derechos del individuo. El optimismo con que se contempla en el mundo la evolución de la historia reciente, la falsa sensación de triunfo generalizado frente al mal, aun respondiendo a una sensible mejoría política, no puede ocultar la cruda realidad de que, pese a todo, no está mejorando la suerte de millones de seres que son perseguidos, encarcelados, torturados, ejecutados o simplemente discriminados a diario.La lectura del informe relativo a 1989 que Amnistía Internacional hizo público ayer es aterradora. Y si no se puede desdeñar el extenso catálogo de horrores, debe destacarse una nueva clase de problemas con que se ha visto enfrentada la humanidad a lo largo del pasado año. La caída de los regímenes socialistas ha ampliado la lista de individuos represaliados. Pero estos nuevos casos no se originaron solamente por los cambios políticos. Los fenómenos de represión activa propios del año han afectado -y afectan- a minorías nacionales en varios países europeos (griegos en Albania; húngaros en Rumania; albaneses en Yugoslavia), unificándolos lamentablemente con los habituales de África, Asia y Latinoamérica (muertes de miles de miembros de la etnia tamil en Sri Lanka, de tibetanos a manos del Ejército chino, de palestinos a manos de las Fuerzas Armadas israelíes o de guatemaltecos, salvadoreños y brasileños).
Como no podía ser menos, finalmente, Amnistía Internacional promete ocuparse a lo largo de los próximos meses del nuevo problema surgido en las fronteras exteriores de: la Comunidad Europea: la "degradación del derecho al refugio en los países comunitarios". Es, en efecto, inaceptable la tendencia de la CE a imponer restricciones indiscriminadas y poco homogéneas a nacionales extracomunitarios que llegan a Europa pretendiendo escapar de la tortura, de la cárcel y de la muerte seguras en sus países de origen.
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