La ayuda extranjera a Ias víctimas del seísmo divide al régimen islámico iraní

La ayuda extranjera a los supervivientes del terremoto iraní, que ha devastado las provincias de Gilan y Zanja, divide a las autoridades de Teherán, donde la fracción dura del régimen ve mal esta apertura al mundo después de 10 años de aislamiento. Hay sectores que dudan de que esto ayude demasiado a la política del presidente Alí Akbar Hachemí Rafsanyani.

Los duros son mayoría en el Parlamento. Dos diputados expresaron ayer el desprecio que les Inspira la ayuda internacional, y dijeron que se está montando una conspiración contra el régimen Islámico aprovechando la ocasión. Mohammad Hachemian, vicepresidente del Parlamento, declaró: "Hay cosas extrañas en toda esta historia. Ciertos Gobiernos se han convertido de repente en humanitarios con Irán". Refiriéndose en concreto a EE UU, Hachemian afirmó que el país que les había envuelto en dificultades "mucho más graves que el seísmo", hoy derrama lágrimas de cocodrilo.El hoyatoleslam Sadegh Jaljalí, ex fiscal de los tribunales de la revolución islámica, agradeció la ayuda "a las naciones del mundo: A la estadounidense, a la francesa, a la británica y a las demás". Pero añadió que esto no s gri lea que los iraníes han olvidado a los mártires que "han escrito con su sangre la historia de la república".

Salman Rushdie, el escritor de origen indio y nacionalidad británica sobre el que pesa la condena a muerte dictada por el fallecido imam Jomeini, entregó ayer 900.000 pesetas al fondo abierto por el diario Iondinense The Independent para ayuda a las víctimas.

Reacción positiva

La polémica sobre las ayudas internacionales se ha extendido también a la prensa. La mayoría de los periódicos iraníes ha reaccionado positivamente, y afirma que hay que aceptar dicha ayuda, agradecérselo a quien la envía y estimar los gestos de solidaridad y simpatía.

Los ministros iraníes del Interior y de Sanidad, Abdollah Nuri e Iradj Fazel, respectivamente, indicaron por su parte que Irán "acogerá favorablemente cualquier gesto humanitario" a favor de las víctimas del seísmo.

Mientras tanto, los trabajos de rescate se desarrollan en condiciones difíciles, y los equipos de salvamento descartan, después de seis días de trabajo, que las víctimas enterradas bajo los escombros estén aún con vida. Ante esta situación, tres imames iraníes emitieron ayer una fatua (sentencia religiosa) por la que se permite enterrar a los muertos en fosas comunes para evitar epidemias. Esto hace dificil establecer el número exacto de muertos, que las autoridades cifran en unos 60.000 y más de 200.000 heridos.