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LA CUMBRE COMUNITARIA EN DUBLÍN

Los Doce acuerdan una ayuda masiva a la URSS

Los líderes de la Comunidad Europea (CE) dieron ayer luz verde a un acuerdo de principio para brindar una ayuda masiva alimentaria y financiera a una Unión Soviética en crisis. La cuantía y las modalidades de ésta serán decididas por los siete países más industrializados, cuyos jefes de Estado y de Gobierno se reunirán dentro de dos semanas en Houston (Tejas, EE UU). Cómo salvar la perestroika fue el gran debate que, con las sanciones a Suráfrica, monopolizó la cena que el primer ministro irlandés, Charles Haughey, ofreció a sus homólogos.

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Conceder créditos a la URSS es, sin embargo, para algunos jefes de Gobierno echar dinero en un saco roto, sobre todo si se otorgan antes de que se haya iniciado una auténtica reforma económica. De ahí que el primer ministro holandés, Ruud Lubbers, propusiese ayer a sus homólgos crear una Comunidad de la energía que abarque a todo el continente. El proyecto está inspirado en la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) que, a principios de los años cincuenta, simbolizó el inicio de la reconciliación entre Francia y la República Federal de Alemania (RFA). La CECA fue la primera de las tres Comunidades que dieron lugar a la actual CE."Puede haber algún grado de acuerdo" sobre la ayuda a la URSS, había comentado horas antes el presidente del Gobierno español, Felipe González, "aunque sin duda este tema no se puede desconectar de la reunión del Grupo de los Siete Grandes". "Creo que en este momento tiene importancia que haya una actitud positiva (...)", añadió.

El problema, recalcó el jefe del Gobierno español, "es que no hay un diagnóstico de las necesidades" de financiación de la URSS. Algunos expertos las evalúan -si se suman la reconversión industrial y la importación de bienes de consumo para dar un respiro a la perestroika- entre 12 y 14 billones de pesetas, un auténtico plan Marshall.

El canciller alemán occidental Helmut Kohl -que recibió hace una decena de días una carta de Mijaíl Gorbachov y que es el auténtico valedor del líder soviético en los foros europeos- ha predicado con el ejemplo garantizando un crédito bancario a la URSS de 300.000 millones de pesetas. "Si hemos pasado años", afirmó ayer para justificarlo el ministro-portavoz de Bonn, Hans Klein, "gastando enormes sumas de dinero contra los soviéticos ¿por qué no dedicarlo ahora a lo contrario?".

Thatcher, escéptica

La voz más escéptica sobre la entrega a Moscú de unos fondos de los que difícilmente puede sacar ahora todo el partido, fue la de la primera ministra británica, Margaret Thatcher. Pero, por una vez, no ha estado del todo aislada y hasta el presidente de la Comisión Europea, el francés Jacques Delors, consideró que antes de dar luz verde a esta ayuda sería prudente encargar un estudio en profundidad de la economía de la URS S como los que lleva a cabo el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El primer ministro holandés estimó, sin embargo, que en campos concretos como la energía se puede avanzar ya en la cooperación con el Este y la URSS porque esos países tienen muchas posibilidades pero "carecen desesperadamente de capital y tecnología", según reza el documento que sometió a sus homólogos.

En consecuencia, Lubbers propuso potenciar las prospecciones de yacimientos de gas natural y petróleo, cooperar para lograr una combustión más limpia de los combustibles fósiles y una utilización más segura de la energía nuclear, y vincular, por último, más estrechamente las redes nacionales de suministro eléctrico.

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