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Elevada abstención en los reférendos italianos sobre la caza y el uso de productos químicos

Juan Arias

Durante el fin de semana, 46 millones de italianos han sido convocados a las urnas para pronunciarse -en tres referendos- sobre la abolición de algunas leyes vigentes, relativas al uso de productos químicos nocivos presentes en los alimentos y sobre la caza. La tónica general de la consulta fue la escasa afluencia de votantes.

El referéndum sobre los productos nocivos en los alimentos intenta abrogar la ley que permite al ministro de Sanidad determinar el grado de presencia de dichos productos en los alimentos. Si gana el sí, el Parlamento deberá elaborar una nueva ley más severa al respecto.La polémica sobre este asunto ha sido muy dura entre industriales y ecologistas. Los primeros insisten en que la propia CE posee ya una legislación más abierta en este campo, mientras que los verdes italianos afirman que aún no se ha investigado a fondo sobre la incidencia cancerígena de dichos productos.En Italia los referendos son sólo "derogativos" y no "propositivos", es decir, que a través de ellos se puede abolir una ley, pero no presentarla.

El primero de los dos referendos sobre la caza intenta abolir la norma que permite a los cazadores entrar sin permiso en los campos de propiedad privada no cultivados. Con el segundo se anularía toda la legislación actual sobre la caza, una de las más generosas de Europa con los cazadores.

Si gana el sí, en realidad desaparece la caza, y el Parlamento deberá legislar de nuevo sobre la cuestión, pero teniendo en cuenta el espíritu del referéndum. Mientras no se legisle de nuevo, nadie podrá salir a cazar, lo que causa temor en un país donde la aprobación definitiva de una ley puede retrasarse tranquilamente 10 años.

No obstante, en caso de victoria del sí, el jefe del Estado, Francesco Cossiga, tiene la facultad de congelar hasta el 4 de octubre los efectos de la abrogación de las leyes puestas en entredicho por los referendos. Es decir, se podrá seguir, durante cuatro meses consumiendo veneno y cazando donde se desee.

Los partidos han llegado divididos al voto: la Democracia Cristiana ha dejado libertad de conciencia; el PCI, el PSI y los verdes están a favor del sí; el único partido en contra, por lo que se refiere al uso de pesticidas en el campo agrario, ha sido el liberal, mientras que la Liga Lombarda ha pedido la abstención.

Escasa afluencia de votantes

La gran incógnita será el porcentaje de votantes, ya que sólo si los que van a votar superan el 50% de los votos los referendos tendrán valor.Hasta la fecha, casi nunca ha prosperado un referéndum y cuantos han intentado abolir una ley mediante este sistema han perdido la batalla. Por ejemplo, los católicos fracasaron en 1974 en su intento de abolir la ley del divorcio y en 1981 tampoco consiguieron echar abajo la ley que aprobó en este país el aborto libre y gratuito.

Las primeras previsiones de anteayer apuntaban a que el número de votantes estaba siendo muy inferior al de otras ocasiones. En otros referendos anteriores, la participación alcanzó porcentajes del 87,7% de votantes en el del divorcio, del 79,4% en el del aborto y del 81,2 % en la consulta sobre la financiación de los partidos. El porcentaje más bajo se obtuvo en el referéndum contra la energía nuclear, con un 65,1%.

Y es que los partidos no se han entusiasmado excesivamemte con el problema, lo que ha sido (Juramente criticado por el director de La Repubblica, Eugenio Scalfari, que en un editorial del rotativo afirma que la clase política "desde hace tiempo juega sólo en defensa, sin ideales, sin estrategias, obsesionada sólo por conservar un poder apergaminado y por salvar privilegios".

El mismo editorial hace una llamada a los ciudadanos para que no pierdan la ocasión de "adueñarse, por lo menos en parte, de su propia soberanía".

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