Los obreros soviéticos, contra la subida de los precios
Las subidas de precios anunciadas por el Gobierno soviético difícilmente van a encontrar apoyo entre los trabajadores de la URSS, y mucho menos entre aquellos sectores duros que protagonizaron las huelgas que asolaron el país en el verano de 1989.Ésta era la primera impresión recogida en conversaciones telefónicas con mineros de la localidad de Donetzk (Ucrania) después de que Rizhkov anunciara su programa de transición al mercado y los aumentos de precios que lo acompañan.
Representantes de algunos de los más importantes centros mineros de la URSS -entre ellos, Vorkutá (en el círculo polar Ártico) y Karagandá (en KazaJstán)- y varias zonas de Ucrania -entre ellas, la cuenca de Doribásse habían reunido ayer en Donetzk, en los locales del comité de mineros local, para organizar el primer congreso de toda la URSS, del 11 al 15 de junio, en Donetzk.
"El congreso será muy importante y decidirá cómo seguir adelante y obligar al Gobierno a cumplir sus promesas", afirmó Bulat Mukadzhanov, miembro del comité organizador. Mukadzhanov dijo que los mineros están decididamente en contra de los incrementos de precios, porque no confían en el actual Gobierno.
Donetzk, un importante centro minero e industrial de Ucrania, se abastece mucho peor que antes de la huelga de julio de 1989, afirmó el portavoz. "En Karagandá", añadió, el abastecimiento está al mismo nivel y con dificultad contenemos a los mineros para que no hagan huelgas".
El miércoles, en la localidad de Gorlovka, en la zona de Doribás, se celebró una reunión de sindicatos oficiales de los trabajadores del carbón, señaló el portavoz. Éste agregó que los sindicatos decidieron organizar un congreso de mineros en Moscú en agosto y se mostró en contra de ello. Los sindicatos oficiales, dijo, tratan de controlar el movimiento minero.
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