El pluralismo reta al Estado soviético
Los nuevos partidos no están en condiciones de actuar en todo el territorio
Partidos políticos de todas las tendencias, aún no fogueados por las urnas, proliferan como hongos en la URSS sin esperar a la ley que los legalizará. Algunos, como la Unión de la Orden Ortodoxa Monárquica y el Partido de los Demócratas Constitucionales (kadetes), formados el pasado fin de semana en Moscú, recogen tradiciones prerrevolucionarlas. Sin embargo, pocos tienen capacidad y vocación para actuar en todo el Estado soviético.
El pluralismo político que se forma en la URSS puede convertirse en un factor de desintegración del Estado, ya que los partidos que ahora surgen no están en condiciones de actuar en todo el territorio de un país, cuya columna vertebral ha sido el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS).Este temor, que comienza a percibirse en medios partidarios del mantenimiento del Estado soviético, era expresado ayer en el diario Pravda por Valeri Legostaev, un funcionario del Comité Central del PCUS, según el cual "las bases del sistema soviético" hicieron posible "mantener la integridad territorial de un país gigante" y su independencia estatal como Estado multinacional.
El pluripartidismo, existente en Rusia entre 1905 y 1919-1920, produjo "grandes conmociones" y a la hora de emprender el "segundo intento de este siglo para organizar la vida política de forma pluripartidista convendría no olvidar los peligros y obstáculos que se esconden en el camino", señala Legostaev. Las dimensiones de la URSS, su complicada estructura nacional y las contradicciones religiosas-confesionales (coexistencia del islam, cristianismo oriental u ortodoxo y cristianismo occidental o catolicismo) diferencian el país de otros donde existe el pluralismo político. "Difícilmente se podrá compensar el posible debilitamiento del papel integrador de un partido único para todo el país, basado en posiciones internacionalistas", afirmaba Legostaev.
No se sabe aún cuándo abordará el sobrecargado Parlamento soviético la ley de los partidos políticos, pero los preparativos están en marcha. La televisión ha comenzado una emisión semanal de una hora llamada Galería dedicada a los nuevos partidos políticos. El primer invitado ha sido Dmitri Vasiliev, dirigente del grupo Parniat (Memoria), institución rusófila de carácter conservador y tintes antisemitas. Vasiliev y sus muchachos hasta hace poco vetados por los medios de comunicación, confeccionaron ellos mismos su programa, como lo harán los otros grupos.
Retorno de la corona
El 19 de mayo, en el jardín del monasterio de Dmitri Donskoi de Moscú, varios centenares de personas, en parte ataviadas con uniformes zaristas, concluyeron el primer Congreso de la Unión de la Orden Ortodoxa Monárquica que ha sacado de la clandestinidad a un partido cuyo jefe, Serguéi Volievich Yurkov Engelgardt, se denomina mariscal. Aparte de entonar canciones de los oficiales blancos y conmemorar el cumpleaños del zar Nicolás II, los congregados juraron lealtad a Serguéi Kirilov Romanov, en quien ven el heredero del trono imperial ruso.
Como muchas otras corrientes, los monárquicos no están unidos. Medios de Pamiat, por ejemplo, no confían en el mariscal Engelgard. Dicen que su pronunciación de la erre recuerda mucho la forma de pronunciar esta consonante de los judíos de cultura rusa. Los monárquicos rusos tienen un papel prácticamente estético en esta república y pocas oportunidades fuera de ella. Su partido más sólido es la Unión del Renacimiento Cristiano, cuyo dirigente VIadímir Osipov, ex prisionero político, es, junto con otro miembro de la organización, diputado del Ayuntamiento de Moscú.
El PCUS, que se desmorona y pierde prestigio a ojos vistas, no está dispuesto a ponérselo fácil a sus futuros contrincantes, tras haber renunciado en marzo al papel dirigente que la Constitución le garantizaba. "En los últimos tiempos el PCUS ha empezado una campaña para atraer la atención pública sobre los grupos políticos insignificantes que no son peligrosos para él", señalaba Vladímir Pribylovski, un periodista independiente dedicado al estudio de la vida política rusa. Pribylovski destaca una docena de tendencias (desde los patriotas nacionalistas a los anarquistas, pasando por los verdes, los democristianos, los socialistas y los comunistas) entre un total de 40 organizaciones que aspiran al papel de partido en Rusia.
Retorna el pasado
Los kadetes, el partido liberal ruso que existió desde 1905 hasta diciembre de 1917, reunieron en Moscú a representantes de 40 ciudades soviéticas. Constituyeron un partido que recoge el espíritu liberal del pasado, pero no la idea del "imperio", según manifestaba Víktor Zolotoriov, copresidente de los kadetes. Otro grupo liberal, dirigido por VIadímir Zhirinovski, prácticamente desconocido, fue hace poco objeto de una sorprendente campaña publicitaria que hace pensar a algunos en la creación de estructuras artificiales para transformar las que ahora se hunden.
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