Compositoras para los noventa
El grupo Circulo presentó en Madrid obras musicales de siete autoras españolas
Obras de siete mujeres compositoras, un campo de actividad en el que la presencia femenina ha sido tradicionalmente escasa, se incluyeron en el programa del concierto que, bajo el título Compositoras españolas en los noventa, el grupo Círculo, dirigido por José Luis Temes, presentó el sábado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, después de haberse ofrecido en Alicante. Cuatro estrenos absolutos figuraron en él.
Las compositoras, Consuelo Díez, Alicia Santos, María Escribano, Marisa Manchado, Mercé Capdevila, Teresa Catalán y Zulema de la Cruz insisten en que no les ha perjudicado el hecho de ser mujeres para el desarrollo de su profesión. "Tenemos las mismas dificultades que los hombres. La difusión de la creación musical actual es reducida, aunque en los últimos años está experimentando cierto crecimiento", dicen. La composición no les da para vivir. Simultanean su vocación con otros trabajos, fundamentalmente de pedagogía musical.Mercé Capdevila es de Barcelona. Da clases particulares de piano, sintetizador "o de lo que salga". Su obra Varas de marfil es uno de los estrenos programados. "Está pensada en un sentido vertical, sin contrapunto. Me interesa captar lo efímero, la impresión del momento, el flash instantáneo". Especialmente sensible a la incorporación de la luz ensus composiciones, ha ofrecido algún concierto-espectáculo con rayos láser.
La electroacústica, como lenguaje instrumental del siglo XX, seduce por igual a Consuelo Díez y a Zulema de la Cruz. Las dos completaron su formación con estudios de música electrónica por ordenador en diferentes centros de Estados Unidos.
Asociación
Zulema de la Cruz dirige el laboratorio de música electroacústica del Conservatorio Superior de Música de Madrid, "después de quitarle el polvo del olvido a los aparatos". Y "con un alto porcentaje de mujeres en las clases".Aunque existe una Asociación de Mujeres en la Música, ni ella ni el resto de sus compañeras pertenecen a la misma. "La idea del concierto para mujeres compositoras se nos ocurrió a nosotras. Vino un poco por casualidad". Géminis se estrenó en Granada en 1988. "Una serie interválica genera dos ideas que conviven entre sí hasta fundirse al final en un todo único".
María Escribano vive en Arenas de San Pedro (Ávila) desde hace ocho años. Allí funciona una escuela de música a la que asisten 100 niños, "no de solfeo sino de educación musical". Trabajó como pianista y compositora en la compañía de teatro de Roy Hart, en Francia. A su regreso a España creó el grupo Agada, desde donde fusiona sus experiencias de música y teatro. "Tuve una época de silencio en la composición que me ha ayudado a obtener un lenguaje más personal. Invocación nace de una búsqueda y profundización en mí misma. Es una llamada, a veces un grito". Sus espectáculos de teatro musical para niños y adultos, con los que ha realizado más de 500 representaciones, se basan fundamentalmente en los cuentos de tradición oral.
La sonoridad es un elemento fundamental para Alicia Santos. Por sonoridad eligió el título ónix de la obra que estrenó en Alicante. "Tiene una estructura de cuarteto clásico, pretendiendo aunar lo español con otras búsquedas creativas".
Aunque es profesora en el conservatorio de Zaragoza, Teresa Catalán vive en Pamplona, ciudad en la que pertenece al grupo de compositores Iruñerako Taldea, surgido en 1984. De ella se interpretó Afinidad electiva en Sol. Marisa Manchado, madrileña, tiene en marcha la realización de una ópera infantil para narrador, cinta y cuarteto vocal sobre los Cuentos del papagayo. Espejos surge "a partir del mágico mundo visual creado por Orson Welles en el que se refleja el rostro de Rita Hayworth multifragmentado por un espejo roto en pedazos".
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