Barcelona cederá en 1992 la capitalidad operística a Madrid por la demora en la ampliación del Liceo

Barcelona perderá en 1992 a favor de Madrid su condición de primer centro operístico de España si persiste la falta de acuerdo sobre la ampliación del Gran Teatro del Liceo. Mientras la conversión del Teatro Real de Madrid en Teatro de la Opera, financiada íntegramente por el Ministerio de Cultura, sigue su curso sin ningún escollo, en Barcelona, la falta de acuerdo sobre la aportación económica que corresponde realizar a cada una de las instituciones vinculadas al Liceo hace prever "que las obras no podrán comenzar a corto ni medio plazo" según fuentes relacionadas con la negociación. La ampliación y el pago del déficit del todavía primer coliseo español costarán más de 9.000 millones de pesetas.

La actividad operística en España, de la que Barcelona es el máximo exponente, sufrirá un cambio radical en 1992 con la peseta en marcha del Teatro de la Opera, en Madrid, y del Teatro de la Maestranza, en Sevilla.Madrid contará en esa fecha con un teatro capaz de albergar las mayores producciones, lo que no sucede en el Liceo de Barcelona que, aun poseyendo "la más bella sala del mundo, es absolutamente deficitario en lo que concierne a la parte escenográfica y en servicios de todo tipo, entre los que destacan los relacionados con la seguridad", según un documento del propio teatro.

Para situar el Liceo "en igualdad de condiciones" con los principales teatros de ópera del mundo, como señala el documento, se ha elaborado un proyecto de ampliación que prevé una inversión de 5.200 millones. A esta cifra hay que sumar el déficit de casi 3.300 millones de pesetas que lastra la gestión de la institución catalana y al que, de no encontrarse una solución a corto plazo, este año se añadirán otros 1.000.

La magnitud de estas cifras y el estado de las negociaciones entre las instituciones miembros del consorcio que gestiona el teatro -Ministerio de Cultura, Generalitat, Ayuntamiento y Diputación- "impedirán, con casi total seguridad, que las obras puedan comenzar en la fecha prevista", según fuentes relacionadas con el proyecto.

La ampliación del Liceo debería financiarse, de acuerdo con el proyecto elaborado por los responsables del centro, con una subvención del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU) de 2.500 millones pesetas y con aportaciones del Ministerio de Cultura, la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, de 800 millones cada una, y de la Diputación, de 300 millones.

Hasta ahora, sólo el MOPU se ha comprometido a pagar la cantidad solicitada, aunque su entrega está condicionada a que las restantes instituciones accedan a realizar sus respectivas aportaciones, aspecto sobre el que, por el momento, no existe acuerdo. En reuniones del consorcio, el Ministerio de Cultura ha expresado su negativa a participar en la financiación del proyecto por considerar que, con la aportación del MOPU, la Administración central ya pagará de hecho el 50% del coste de las obras, según fuentes vinculadas a la negociación. En Madrid, en cambio, la conversión del Teatro Real en Teatro de la ópera, con un coste estimado de 5.800 millones de pesetas, será financiada íntegramente por la Administración central.

Fuentes próximas a la negociación recordaron, en relación con la postura que mantiene el Ministerio de Cultura, las reticencias expresadas en su día por la Generalitat a la incorporación de representantes del Gobierno central al consorcio que gestiona el Liceo. La Administración catalana consideraba que el Gobierno debía contribuir al sostenimiento económico del Liceo, pero sin participar en su gestión.

La postura del Ayuntamiento y de la Generalitat, que apoyan formalmente el proyecto aunque sin fijar qué cantidad están dispuestas a aportar, obedece a otras razones. La puesta en marcha en los próximos meses de distintos planes de infraestructura cultural de gran alcance hace que las dos instituciones deban afrontar cuantiosos gastos. La realización de estos proyectos, a algunos de los cuales el ministerio contribuye con cantidades importantes, "hace difícil", según las fuentes informantes, que las Administraciones autonómica y local "puedan realizar un nuevo esfuerzo a corto plazo".

De resultar cierta esta hipótesis, la ampliación del Liceo dejaría de ser un proyecto prioritario hasta, al menos, el año 1993, cuando el Teatro de la ópera, en Madrid, y el de la Maestranza, en Sevilla, habrán iniciado ya sus actividades.