Arte, urbanística y política
La construcción de un nuevo museo para albergar los materiales arqueológicos de la Acrópolis de Atenas servirá, para exhibir de manera más racional esas piezas de arte, actualmente ubicadas en un espacio mínimo, adyacente al Partenón, en el que se aglomeran los visitantes hasta extremos dantescos.La preocupación por adecuar la colección no ha sido la única en la iniciativa del nuevo museo. Las bases del concurso del proyecto arquitectónico exigen que este nuevo equipamiento, para cuya ubicación se barajan tres espacios en el área de la Acrópolis -ninguno en el recinto clásico, sino en la base de la colina- incluya un reordenamiento urbanístico de la zona. La idea es racionalizar y descongestionar en la medida de lo posible, una de las áreas monumentales más transitadas del planeta y reconducir de alguna manera el caos turístico, con verdaderas avalanchas de tour-operators, que la amenaza.
Un museo de la Acrópolis pero fuera de la Acrópolis significaría una permanencia menor de visitantes en la zona estrictamente arqueológica y una estratégica diversificación de oferta cultural. El antiguo museo, siempre según las bases, debería quedar ligado a la nueva institución y su futuro es, muy probablemente, servir de sede de tareas administrativas o científicas.
Otra función del nuevo museo es claramente política: con un recinto que "cumplirá las exigencias técnicas modernas", en palabras de la ex ministra de Cultura griega Melina Mercuri, el Gobierno británico se verá privado de uno de sus principales argumentos para la no devo-lución de los polémicos "mármoles exíliados" -para los griegos-, arrancados por el conde de Elgin en 1806.
Cuando Mercuri presentó el año pasado en Atenas la convocatoria de concurso del nuevo museo ya advirtió que éste contará con una gran sala desnuda destinada a esas piezas.
El concurso para el nuevo museo coincide con la polémica, aún no resuelta, sobre los límites de la reconstrucción del Partenón. El arquitecto jefe de los trabajos de conservación del monumento, Manolis Korres, ha impulsado la idea de una amplia reconstrucción del pronaos, el vestíbulo o porche interior del templo, con su columnata, lo que supondría un cambio completo de la fachada este.
En la reconstrucción se emplearía material original, que ha permanecido siglos esparcido alrededor del edificio y cuya ubicación ha sido ahora determinada mediante ordenador, y nuevo. Korres considera que la operación supondría sacar del anonimato unas 300 piezas de mármol, devolviéndolas a su lugar.
Para algunos expertos, la reconstrucción propuesta por el arquitecto supondría una falsificación desde el punto de vista histórico. Soluciones intermedias -una reconstrucción de la pronaos con un 70 % de elementos originales junto a piedra nueva para garantizar la estabilidad, por ejemplo- están siendo estudiadas por el Gobierno griego.
Babelia
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