El gran telescopio 'Hubble', que escudriñará el origen del Universo, parte hoy hacia el espacio
El telescopio Hubble, considerado por sus creadores como el instrumento científico más complejo jamás creado por el hombre, se encuentra ya instalado en la gran bodega de la lanzadera espacial Discovery, cuyos cinco tripulantes se hallan desde el sábado en cabo Cañaveral. Los meteorólogos, por su parte, han anunciado buen tiempo. Sólo fallos de última hora, por tanto, podrían impedir que hoy se pusiera en marcha la misión espacial más esperada por los astrónomos: la colocación fuera de la atmósfera de un gran telescopio capaz de escudriñar como ningún otro el origen del Universo.
El lanzamiento del Discovery está prograrnado para las 14.47 de hoy, hora española, pero el momento culminante del vuelo se producirá, mañana, cuando el tripulante Esteven Hawley extraiga cuidadosamente de la bodega el gran telescopio para situarlo en una órbita a 600 kilómetros de altura de la Tierra. La maniobra la efectuará mediante un brazo articulado guiado por control remoto. Esta será la primera ver que las lanzaderas norteamericanas actúan a tanta altura, dado que generalmente orbitan a 320 kilómetros corno máximo.Una vez en el exterior, el Hubble desplegará sus dos grandes paneles solares, que deberán alimentar sus instrumentos durante los 15 años de operatividad que se prevén. Su mantenimiento, también por primera vez, se efectuará desde tierra en perilodos de tres a cinco años mediante vuelos de los Shuttle. Las dificultades de mantenimiento en una órbita más alta y, por lo tanto, mejor para Ias observaciones, es lo que hizo desistir del proyecto inicial de situar el telescopio a 36.000 kilómetros de altura.
20 años de preparación
El proyecto de telescopio óptico espacial ha tardado dos décadas en concretarse. Impulsado conjuntamente por la NASA norteamericana y la Agencia Espacial Europea (ESA) tiene un coste de 1.500 millones de dólares, a los que debe añadirse el precio del lanzamiento al espacio y el de construcción de varias estaciones de seguimiento. Todo sumado supera los 2.000 millones de dólares, más de 200.000 millones de pesetas.
La contrapartida de esta gran inversión serán unas imágenes del universo con una definición al menos diez veces superior que las obtenidas por el mejor telescopio instalado en tierra, lo que hará posible determinar con una precisión sin precedentes fenómenos que sucedieron en las primeras fases de formación del Universo, hace entre 110.000 y 20.000 millones de años. Lennard Fisk, director científico de la NASA, ha afirmado que el Hubble "está destinado a cambiar para siempre la percepción de la humanidad sobre sí misma y su lugar en el universo".
Los objetivos programados para el telescopio espacial son numerosos, pero, según Fisk, "se puede estar seguro de que todo lo que anticipemos ahora no será lo fundamental de lo que descubra el Hubble. La naturaleza es mucho más imáginativa y más lista que nosotros". En cualquier caso, los astrónómos confían en avanzar en la comprensión de los cuásares (cuerpos casi estelares), localizados a más de 10.000 mi llones de años luz de distancia. Son los cuerpos celestes más lejanos descubiertos hasta el momento y se considera que podrían ser acumulaciones de materia y energía que posteriormente han dado lugar a galaxias. De un tamaño normalmente no mayor que el sistema solar, un cuásar puede irradiar 1.000 veces más energía que nuestra Vía Láctea. El Hubble se prevé también que ayude a resolver el misterio de los agujeros negros -cuerpos celestes tan densos que su gravedad impide incluso que escape la luz, lo que los hace invisibles- y a comprender mejor un fenómeno recientemente observado, como es el de los grandes atractores, inmensos cúmulos de materia invisible. En un ámbito más próximo, se espera también localizar planetas fuera del sistema solar.
Los primeros resultados de las observaciones, en cualquier caso, no se darán a conocer antes de un año, para evitar teorizaciones precipitadas.
"Ve una luciérnaga a 16.000 kilómetros"
Ed Weiler, director del grupo que analizará los datos que enviará el Hubble, define así la potencia del telescopio: "Con él se podría ver una luciérnaga en Sidney, Australia, desde Washington, a 16.000 kilómetros de distancia". John Bacall, el hombre que ha impulsado incansablemente el proyecto pese a los constantes retrasos -la primera fecha que se programó fue 1983- afirma que con él se puede leer la inscripción de una moneda de 10 centavos a 100 millas.El Hubble está dotado de un gran espejo de 2,4 metros, el mejor jamás construido. No se trata de un bloque de vidrio, sino de una estructura especial denominada nido de abeja que ha permitido reducir su peso de tres toneladas a 900 kilos, algo fundamental para poder colocarlo en el espacio. Su superficie es la más lisa jamás pulida.
Otros instrumentos del Hubble son dos cámaras de formación de imágenes directas, dos espectrógrafos y un fotómetro. Tres sensores ultrasensibles garantizan la precisión de su enfoque. Todo el conjunto tiene una longitud de 13,3 metros y un diámetro de 4,1 La envergadura alcanza los 12 metros al abrirse los paneles solares.
La gran ventaja del Hubble sobre los demás telescopios es que sus observaciones no se verán distorsionadas por la atmósfera. Pero para lograr esa ventaja comparativa ha sido preciso introducir complejas innovaciones de diseño al faltarle el sólido anclaje en tierra sobre el que se asientan los otros telescopios.
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