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¡Fuego al general!

Medio millón de georgianos queman un espantapájaros que representa al mando militar soviético

Pilar Bonet

PILAR BONET ENVIADA ESPECIAL, Medio millón de personas asistieron jubilosas en Tbilisi, capital de Georgia, a la inmolación de un espantapájaros enfundado en el uniforme de general del Ejército soviético. Las llamas que poco antes de las cinco de la madrugada del lunes consumieron al muñeco, que representaba al general Rodionov, ex comandante del distrito militar del Cáucaso, inauguraron una jornada de afirmación nacional que cortó nuevas amarras entre Moscú y esta República. En un clima proindependentista febril, decenas de miles de georgianos continuaron conmemorando durante todo el día de ayer el primer aniversario de la sangrienta represión militar que llegó a causar una veintena de muertos en Tbilisi.

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La capital georgiana fue punto de encuentro de nacionalistas radicales llegados del Báltico, de Armenia, de Azerbaiyán y de Ucrania. Banderas de estas repúblicas ondeaban entre los estandartes de la Georgia independiente ante la Casa del Gobierno de Tbilisi, escenario del gigantesco mitin conmemorativo. A la hora justa de la tragedia, las cuatro de la madrugada, el patriarca Iliá II dijo que "el calvario va siempre seguido por la resurrección". Independentistas radicales de varias repúblicas han buscado al calor del aniversario mejores métodos de organización.De Azerbaiyán llegaron 800 personas en un convoy de autobuses. Los azeríes, entre los cuales había representantes del Comité de Planificación y de la Academia de Ciencias, demostraban con su presencia que las relaciones entre Bakú y Tbilisi se han estrechado últimamente, en detrimento de Eriván. A la solidaridad contribuye la analogía de experiencias vividas por ambas comunidades, en cuanto ambas han visto al Ejército "en acción", primero en Tbilisi, el 9 de abril de 1989, y luego en Bakú, el 20 de enero de 1990.

Los georgianos radicales muestran hoy una cierta irritación hacia los armenios y hacia los bálticos. A los primeros les acusan de haber planteado reivindicaciones territoriales a otra república soviética, en vez de concentrarse en luchar por independizarse de la URSS. La vía báltica fue ayer criticada por Irakli Tsereteli, jefe del Partido de la Independencia Nacional de Georgia, e Iliá Chanturia, jefe del Partido Nacional-Democrático. Según su lógica, no pueden aceptarse declaraciones de independencia con los "ocupantes" en territorio propio.

Con el fin de presionar a los "ocupantes" a que se vayan, en la tarde de ayer unas 300.000 personas se reunieron frente a la sede del mando militar del Cáucaso en Tbilisi. Los gritos de "ocupantes, ocupantes", pronunciados en ruso, penetraban a través del cordón de policías y autobuses que protegían el pentágono del Cáucaso hasta los centinelas que patrullaban vestidos con chalecos antibala y cascos. Los centinelas paseaban junto a una bandera de la Georgia soviética con un crespón de luto. No había ninguna bandera de la URSS. Los soldados se habían cambiado poco antes su uniforme de infantería de Marina, el mismo que usaban las tropas soviéticas en Afganistán. No sólo el uniforme o el calor sofocante hacían pensar en Afganistán. Iliá Chanturia elogió la resistencia del pueblo afgano ante el Ejército soviético, y el poeta Mikaberidze hermanó a afganos, moldavos, georgianos y azerbaiyanos en su lista de "víctimas" del Ejército soviético Las diatribas contra el "imperio ruso" se repitieron una y otra vez en un mensaje político bastante simple que se había reiterado a lo largo de la noche en vela pasada frente a la Casa del Gobierno de Georgia. Por una parte, se les decía a los soldados que volvieran a casa y no sirvieran de instrumento, a una política imperial que se ha modernizado únicamente con la llegada de Gorbachov al poder. Por otra, se pedía a los ciudadanos que lucharan contra el "imperio" con la desobediencia civil.

Los sectores independentistas radicales consiguieron boicotear las elecciones parlamentarias del 25 de marzo pasado. Los comicios han sido aplazados hasta el otoño, pero los sectores agrupados en el Foro Nacional de Georgia planean una vía paralela. Iliá Chanturia manifestó al EL PAÍS que el movimiento nacional georgiano se prepara para una campaña de desobediencia civil cuyo objetivo es destruir las instituciones soviéticas, incluido el Soviet Supremo de la república. Chanturia abogó por unas elecciones alternativas que elijan un Congreso cuya misión será sacar las tropas soviéticas de Georgia. Refiriéndose al Frente Popular, que sí participará en las próximas elecciones, Chanturia dijo que esta organización está llena de agentes del KGB y del Comité Central del PCUS. Nodar Natadze, líder del Frente Popular, manifestó que una de las tareas prioritarias para el futuro próximo es formar grupos que defiendan a los georgianos de posibles ataques de las minorías étnicas que viven en la república. Estas minorías son vistas como aliadas de Moscú en contra de la independencia. Ningún dirigente comunista asistió a los actos conmemorativos de la tragedia.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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