Amplia victoria del Foro Democrático en Hungría
, El Foro Democrático (MDF) logró ayer una arrolladora victoria en la segunda ronda de las elecciones parlamentarias en Hungría. Una coalición de centroderecha, entre el MDF y dos pequeños partidos, el Cristianodemócrata Popular y los Pequeños Propietarios, formará previsiblemente el primer Gobierno democrático de la Hungría poscomunista. Con práctica certeza será el presidente del MDF, el historiador Jozef Antall, de 58 años, el nuevo primer ministro. "Ha ganado el pueblo húngaro", señaló Antall en una primera declaración con un claro carácter nacionalisita.
"Pese a que tengan otra nacionalidad, 16 millones pertenecen a la nación húngara, nosotros nos hacemos responsables ante ellos", agregó, en referencia a los seis millones de húngaros que viven. fuera de las fronteras actuales del Estado. Hungría tiene diez millones de habitantes.Antall se declaró dispuesto a formar un gobierno para sacar a Hungría de la crisis. El líder del NIDF se manifestó ayer partidario de la coalición con los dos partidos citados, con los que ya acudía ayer en alianza en las candidaturas de elección directa.
Con más del 40% de los votos y, salvo en Budapest, donde hubo neta superioridad de los 176 candidatos de elección directa, el Foro Democrático se ha impuesto claramente a la Alianza de Demócratas Libres (SzDSz) que aún, albergaba esperanzas de convertirse en partido mayoritario y sólo logró el 24,4%.
Brillante resultado
Dado el brillante resultado que se perfilaba para sus candidatos, el MDF podría incluso permitirse renunciar a una alianza con el Partido de Pequeños Propietarios y limitarse a pactar con los cristianodemócratas. No obstante, la ingente labor de reestructuración económica, industrial y, administrativa que habrá de asumir el nuevo Gobierno, con sus previsibles pero inevitables consecuencias sociales, hacen recomendable un Gobierno con una amplia mayoría.
El SzDSz, es un partido liberal que aboga por una vía radical de introducción de las leyes del mercado y la reprivatización en Hungría, mientras paradójicamente el MDF -que se califica de partido de centroderecha- insiste en una "vía controlada". Los dos grandes rivales coinciden, sin embargo, en el objetivo de plena integración en Europa occidental y un rápido desmantelamiento del sistema de economía centralizada y estatalismo.
En la primera ronda, la diferencia entre ambos partidos había sido mínima, con un 24,7% para el MDF y un 21% para el SzDSz. El Partido Socialista, emanado del desaparecido partido comunista (PSOH) cedió tres puntos, con relación a su resultado en la primera ronda, para situarse en un muy modesto 8.7%. Solo logró un escaño de elección directa, el del presidente de la República y uno de los más destacados reformistas. Sin embargo, un representante suyo con tanto prestigio como el aún ministro de Asuntos; Exteriores, Gyula Horn, no lo logró.
El Partido de los Pequeños Propietarios logró un 11,4% y el Partido Cristianodemócrata Popular el 5,7%. Con ellos, el nuevo Gobierno dirigido por Antall podrá contar con una muy sólida mayoría parlamentaria de cerca del 60%, según los últimos resultados disponibles esta madrugada. La Federación de Jóvenes Demócratas (Fidesz), aliado con el que el SzDSz quería lograr una mayoría, sólo logró el 5,8% de los votos. El líder de SzDSz, Janos Kis, manifestó que su partido, en colaboración con Fidesz, estará en una oposición muy crítica al Gobierno de Antall que consideraba ayer ya un hecho.
Intensas lluvias y viento provocaron una fuerte caída de la participación electoral que sólo alcanzó el 40% frente al 65% de la primera ronda. No se produjeron incidentes y la jornada transcurrió en plena calma. Sólo en la ciudad oriental de Debrecen, las autoridades locales protestaron ante el consulado soviético por la aparición de guardias de tráfico militar del Ejército Rojo en sus calles.
Tras esta intervención, el Ejército soviético suspendió durante la jornada electoral su movimiento de tropas hacia la URSS en el marco de la retirada de sus efectivos militares de territorio húngaro. Esta anécdota sólo es una muestra del arraigo de la desconfianza hacia el aún aliado soviético.
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