Un paciente muere durante un apagón en la UVI de un hospital
Un paciente que había sido ingresado en la Unidad de Vigilancia Intensiva del hospital general de Orense Nuestra Señora del Cristal, falleció el domingo por la tarde mientras se procedía a la reparación del grupo electrógeno que se había averiado a consecuencia de irregularidades en el suministro de energía eléctrica.
Emilio Souto Fernández, de 59 años, recibía atención médica a causa de padecer una pancreatitis aguda y su estado era crítico, según el equipo médico que le atendía, cuando el corte de electricidad paralizó durante varias horas los servicios de reanimación y cuidados intensivos, por lo que tuvo que ser asistido manualmente hasta que se produjo su fallecimiento.
La gerente del hospital, Carmen Zueco, aseguró a EL PAÍS que la muerte de este paciente "no puede atribuirse a la avería en el grupo autónomo", pero los problemas derivados de la falta de fluido sí serán objeto de una reclamación a la compañía suministradora, Unión Eléctrica Fenosa.
Según los técnicos que revisaron el equipo electrógeno, durante el fin de semana se contabilizaron al menos 40 cortes de energía, lo que motivó que el piñón de arranque se fuese desgastando progresivamente hasta quedar inutilizado.
Alarma por los cortes de luz
Además, se da la circunstancia de que en la misma zona se encuentran el hospital provincial Santa María Madre y la residencia materno-infantil Infanta Elena, tres centros asistenciales públicos que sufren masificación. Además, en los últimos años han padecido continuas irregularidades del suministro de electricidad.La gerencia del hospital general pedirá a Unión Eléctrica Fenosa garantías de que la situación no vuelva a repetirse, ya que para la gerente "raro es el día en el que no hay varios cortes de energía, sobre todo durante los meses de invierno, y aunque en las zonas vitales se ha venido paliando con nuestro propio equipo, queremos saber a qué se deben estas alteraciones repetidas en los últimos años".
Por su parte, la familia del fallecido ha expresado su intención de investigar la posible relación entre la muerte y la falta de fluido eléctrico, aunque en la gerencia del centro no se tenía noticia ayer de reclamación alguna.
Según explicaron a EL PAÍS miembros del personal subalterno del centro, la alarma fue especialmente grave en la tarde del domingo a partir de las cuatro de la tarde, cuando las baterías del grupo electrógeno comenzaron a agotarse debido a su permanente utilización por encima de lo habitual.
Atención manual
En el quirófano, y cuando ya le había sido aplicada la anestesia, una paciente sufrió los cambios en los equipos con los que iba a ser asistida, mientras que otros enfermos asistidos mecánicamente pasaron más tarde a la atención manual.Según los responsables de la compañía eléctrica, la avería se produjo en el tendido de alta tensión, en el término municipal de Toen, distante unos 15 kilómetros del área hospitalaria, a pesar de lo cual afectó a estos centros durante todo el fin de semana.
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