Los 'oscars' de la paz
'Paseando a miss Daisy' y su actriz Jessica Tandy, protagonistas de la gran noche del cine
Paseando a miss Daisy, la historia de una anciana sureña y cascarrabias, fue la triunfadora de la edición de este año de los oscars. La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, en una de las más sencillas pero técnicamente más complejas ceremonias de su historia, premió a quienes han transmitido un mensaje de paz por medio del cine, y esta vez los oscars fueron para Paseando a miss Daisy, (mejor película), Oliver Stone (mejor director, por Nacido el cuatro de julio), Jessica Tandy (mejor actriz), Daniel Day Lewis (mejor actor, por Mi pie izquierdo), Denzel Washington (mejor actor secundario) y Brenda Fricker (mejor actriz secundaria).
En esta ocasión los dioses de llollywood premiaron a todos o a casi todos los cineastas que intentaron imprimir humanidad en sus películas e interpretaciones durante 1989, el año en que cambió el mundo.Hollywood nació para convertir los sueños de la gente en realidad, y Jessica Tandy, la ganadora del Oscar a la mejor actriz, es el claro reflejo de que esa aseveración es cierta. Tandy exclamó, poco después de que Gregory Peck pronunciara su nombre como el de la mejor actriz del año, "nunca hubiera creído que viviría este mornento".
Tandy, que cumple 81 años el próximo verano, estaba en una nube cuando posó con mister Oscar ante más de 100 fotógrafos llegados a Los Ángeles procedentes de todo el mundo. El cuello de la actriz se estiró, sus labios se abrieron y una sonrisa de felicidad transformó su rostro cuando un periodista le comentó que era la actriz más vieja de cuantas han ganado la estatuilla. "¡Pues muy bien por mí!", exclamó. Paseando a miss Daisy, la historia sentimental de una anciana judía y su chófer negro -Morgan Freeman-, ha encandilado a todos. La película, producida por Richard D. Zanuck, es el más claro ejemplo de lo que quiere Hollywood: cintas de bajo coste -7,5 millones de dólares- con buen rendimiento en taquilla -75 millones de dólares, de momento- Miss Daisy, también recogió estatuillas por el mejor guión adaptado y el mejor maquillaje.
Paseando a miss Daisy derrotó en toda la línea a su gran rival, Nacido el 4 de julio, la nueva entrega del director Oliver Stone sobre la pesadilla de Vietnam, una llaga que, por lo que parece, sigue abierta en este país. Stone, el único cíneasta norteamericano que ha ganado el Oscar y ha sufrido heridas de combate, ganó su segunda estatuilla a la mejor direcci4n. Después de la ceremonia, Stone no estaba especialmente contento, "porque hubiera deseado que mis compañeros [Ron Kovie y Tom Cruise] también hubieran resultado prermados". Nacido el 4 de julio consiguió también el Oscar al mejor montaje.
El papel de un paralítico
Daniel Day-Lewis, el protagonista de Mi pie izquierdo, confesó que no podía pensar en lo que va a hacer a partir de ahora. "Creo que me voy a sentar delante de esta estatuilla", comentó levantando el oscar. El actor británico, que en la película interpreta el dificil personaje de Christy Brown, un paralítico irlandés poeta y pintor, declaró: "Toda la fuerza que necesité para hacer este papel se la debo al propio Christy Brown".
Los premios a los actores secundarios fueron inesperados. El primero recayó sobre Denzel Washington, por su interpretación en Glory, una película basada en el comportamiento heroico de un regimiento de negros durante la guerra civil de Estados Unidos, y el segundo fue a parar a manos de la irlandesa Brenda Fricker, por su interpretación del papel de la madre de Christy Brown, en Mi pie derecho.
Marlon Brando y Woody Allen, los eternos ausentes de la noche de los oscars, no consiguieron premios. Brando estaba seleccionado en la categoría de actores secundarios -Una árida estación blanca-, y Allen lo estaba en la categoría de mejores directores y mejor guión por Crimes and misdemeanors. El premio al mejor guión se lo llevó Tom Schulman por El club de los poetas muertos. El premio es sumamente importante para este cineasta. Schulman derrotó a Steven Soberberg-Sexo, mentiras y cintas de vídeo- y a Spike Lee -Haz lo que debas-, los dos cineastas de moda en EE UU.
La ceremonia de los oscars de este año emocionó a más de uno. La Academia intentó llevar a cabo un proyecto en el que se mezclaban la sencillez y la ambición técnica. Por primera vez en la historia, Hollywood se trasladó más allá de las fronteras de EE UU para anunciar vencedores desde Moscú, Buenos Aires, Sidney y Londres.
Uno de los protagonistas de la noche fue el cincasta japonés Akira Kurosawa, que recibió el Oscar honorario de la Academia de manos de Steven Spielberg y George Lucas. Poco después de emocionarse al contemplar a su familia felicitándole desde Tokio a través de una conexión vía satélite, Kurosawa confesó "no saber nada sobre cine". Kurosawa, que ha rodado 28 películas, estaba cansado cuando acudió a la sala de prensa. Su inseparable intérprete, la norteamericana Audie Bock, sostenía el oscar del cineasta, mientras Kurosawa comentaba: "Voy a trabajar más que nunca, voy a hacer más cine y más películas, y quizá siguiendo ese camino conseguiré un nuevo entendimiento sobre la verdadera esencia del cine".
Karl Malden, el presidente de la Academia, se mostraba satisfecho al terminar la ceremonia. El productor del show, Gilbert Cates, lo había conseguido: el triunfo. Sobre la medianoche, cuando la ceremonia ya había terminado, una decena de focos iluminaban el cielo de Los Ángeles y las limusinas se dirigían a Beverly Hills, Malden recibía felicitaciones. Suyas fueron las primeras palabras de la noche: "Hollywood nació para convertir los sueños de la gente en realidad". Hollywood consiguió una vez más ese milagro, y por primera vez un mensaje de paz sonó simultáneamente desde Australia, Inglaterra, la URSS, Argentina y Japón. En Los Ángeles, el éxito de la ceremonia se había plasmado también con la presencia de la crema-del cine. Desde Jack Nicholson y Warren Beatty, hasta Jane Fonda y Kim Basinger, todos se prestaron aparticipar en una ceremonia muy importante para Hollywood, porque los premios de 1989 eran los premios del año en que cambió el mundo.
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