El Papa inaugura la restauración de la Capilla Sixtina

El Papa Juan Pablo II inaugurará hoy la restauración, presentada ayer, de los famosos frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. La restauración ha durado diez años y ha costado tres millones de dólares (327 millones de pesetas), pagados por una compañía japonesa de televisión.Por primera vez en varios siglos, los visitantes podrán contemplar los frescos en sus brillantes colores ornamentales, liberados de cientos de años de polvo y humo de cirios.

El maestro del Renacimiento empleó más de 30 años, entre 1508 y 1541, para pintar la historia de la creación del mundo por Dios, y la historia de la expulsión de Adán y Eva del Paraíso.

Al ser preguntado si el resultado conseguido ha terminado con la agria controversia, mantenida durante una década, de si la restauración recuperaba o estropeaba los frescos, el director del proyecto, Fabrizio Mancinelli dijo en una rueda de prensa: "No queremos entrar en controversias. Lo hicimos lo mejor que pudimos, y ahora explicaremos lo que hicimos en una conferencia internacional de expertos en Roma, y en una exposición".

Humo de las velas, candelabros y antorchas utilizados en las ceremonias que oficiban los papas de la Iglesia, así como en los cónclaves celebrados para elegir nuevos pontífices, oscurecieron la obra de Miguel Ángel. Igualmente, los trabajos realizados por generaciones de pretendidos restauradores oscurecieron todavía más sus brillantes naranjas y amarillos.

Una exposición sobre la restauración, que el Papa Juan Pablo II inaugura hoy sábado, exhibe una maqueta de tamaño natural que muestra cómo el pintor, de pie en una plataforma con la cabeza echada hacia atrás, tenía que pintar gigantescas figuras distorsionadas para que desde abajo parecieron naturales.

Un andamio ha sido ya erigido en la Capilla sixtina para limpiar los 160 metros cuadrados del espectacular Juicio Final pintado en la pared del altar, la terrible visión de la tierra, el cielo y el infierno en cuya creación Miguel empleó siete años.

El director de los museos vaticanos, Carlo Pietrangeli, dijo que podría tomar cuatro años la restauración de esta obra en la que participan 300 figuras, los buenos elevándose hacia el cielo y los malos cayendo en el infierno, donde los esperan feos demonios.

¿Tapar?

Al principio los restauradores dudaban sobre la forma en que debían quitar los varios velos que diversos papas ordenaron pintar sobre los sexos de los cuerpos. Sin embargo, Mancinelli dijo que que algunos de los velos añadidos a los originales en el siglo XVI no podían ser borrados, toda vez que los pintores de los velos habían pintado con la misma técnica que Miguel Ángel.

"Si hubiese sustraído esos velos", dijo, "tendría que haber realizado un hoyo. No creo que ustedes desearan tal cosa". En lugar de limitar las visitas, los restauradores estudian vías para instalar filtros y regular temperaturas.