Marcha civil en Buenos Aires contra el hambre y la represión
Una multitud se concentró anoche en el centro de Buenos Aires para iniciar la marcha "contra el hambre, la represión y la impunidad" convocada por las organizaciones defensoras de los derechos humanos y a la que se han adherido los aliados electorales del peronismo, los sectores disidentes del partido en el Gobierno y los partidos de izquierda de la oposición. Los dirigentes sindicales y los gremios que representan a los trabajadores del Estado apoyaron la manifestación y anuncian un paro general de toda la Administración pública para el próximo miércoles.
El temido conflicto social está ya en las calles de todo el país. El miércoles, los trabajadores de la provincia de Salta estuvieron a punto de linchar al secretario regional de la Confederación General del Trabajo (CGT), Mario Durán, que se resistía a encabezar una manifestación. Durán fue arrastrado, apedreado, insultado y finalmente obligado a firmar su renuncia. Los trabajadores de la gobernación de la provincia de Jujuy, que limita con Salta al norte del país, formaron piquetes y cortaron los accesos a la capital provincial. El dirigente sindical Miguel Correa, que dirige el sector más combativo de la CGT en la provincia de Córdoba, calificó públicamente al presidente Menem de "traidor".
Al mismo tiempo, en Buenos Aires, la policía reprimió a los grupos que encabezaban la concentración de unos 15.000 jubilados frente a la Casa Rosada, sede del Gobierno. Los ancianos desbordaron la valla de contención y se enfrentaron a la policía en la entrada principal del histórico edificio. El presidente Menem advirtió antes de viajar a Brasil que "ni con mil paros" le harán cambiar el rumbo de su política económica. El Gobierno acusó a los "agitadores y activistas de izquierdas" de provocar la reacción de los jubilados.
