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Libia investigará la supuesta implicación de la RFA en el incendio de la planta de Rabta

El líder libio, Muammar el Gaddafi, se refirió ayer, en una declaración difundida por Radio Trípoli, a la apertura de "una investigación para saber si los servicios secretos alemanes occidentales están implicados en una acción de sabotaje y espionaje cometida en Libia". La autoría del incendio que se registró el miércoles en la planta química de Rabta, al sur de Trípoli, que, según Washington, fabrica armas químicas, constituía ayer un misterio en esta capital, aunque algunos analistas apuntaban la posibilidad de que se tratara de un acto de sabotaje por parte de los vecinos de Libia.

Entre tanto, portavoces oficiales norteamericanos e israelíes continuaron negando la participación de sus países en la provocación del siniestro. El presidente norteamericano, George Bush, recibió en la mañana de ayer un completo informe de lo ocurrido en Rabta elaborado por su asesor de Seguridad Nacional, Brent Scowcroft, antes de pronunciar un discurso ante la convención anual de fabricantes en el que no mencionó para nada el tema libio.Gaddafi advirtió que "si la implicación de ciudadanos alemanes en una acción hostil a Libia podía probarse, la presencia económica de la RFA en Libia sería liquidada y ese país pagaría caro por haber practicado el espionaje y el sabotaje en provecho del imperialismo y del sionismo".

El Gobierno libio ha anunciado que el incendio, que ha destruído parcialmente la fábrica, está controlado, aunque no ha reconocido la existencia de muertes por el siniestro. Un funcionario libio informó de la muerte de dos personas.

A raíz de que la semana pasada Estados Unidos reiterara su vieja denuncia de que en la planta de Rabta se fabrican armas químicas, el Gobierno de Bonn indicó que disponía desde principio de año de datos que permitían afirmar que Libia había empezado a producir allí gas mostaza. Trípoli insiste en que se trata de una fábrica farmacéutica.

Mejor negociar

El líder de la revolución libia aseguró también ayer que si su país "pudiera producir" armas químicas "no hubiera dudado en hacerlo y no lo hubiera ocultado, porque no existe ninguna ley que prohíba a ningún Estado la fabricación de tales armas".En la misma declaración, el extravagante dirigente ofreció "1.000 millones de dólares al Estado o sociedad" que le ofrezca una fábrica química. A modo de advertencia, su discurso concluyó con un "no sirve de nada enfrentarse a Libia y mostrarle hostilidad; sería mejor negociar con ella en torno a una mesa".

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Poco antes de la intervención radiofónica de Gaddafi, un portavoz del Gobierno de la RFA informó de la convocatoria de su embajador en Trípoli, Juergen Hellner, al Ministerio de Asuntos Exteriores libio. De acuerdo con la misma fuente, Hellner no pudo acudir a la cita por encontrarse la legación diplomática bloqueada por unos 2.000 manifestantes que coreaban eslóganes hostiles a Bonn. Resulta curioso que han sido sobre todo empresas de ese país las acusadas de haber facilitado a Libia el material necesario para la construcción del complejo de Rabta.

Paralelamente, en El Cairo, un pretendido grupo disidente libio, hasta ahora desconocido, se atribuyó ayer la responsabilidad por el incendio de la fábrica. La Organización del Ala Patriótica del Ejército Libio denunció la citada planta como un centro de producción de armas químicas En un comunicado enviado a la corresponsalía en la capital egipcia de la cadena de televisión alemana ARD, el grupo acusaba a Bonn de "compartir la responsabilidad en la construcción de Rabta" y aseguraba que sólo había pasado a la acción cuando tuvo la seguridad de que allí "se producía gas de combate".

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