Alfonsín denuncia un plan para cerrar el Parlamento
El ex presidente argentino Raúl Alfonsín, líder de la Unión Cívica Radical (UCR), acusó a "quienes en el Gobierno están estudiando el decreto de 1909 del presidente Figueroa Alcorta" para clausurar el Congreso "y leen los diarios de la época, para analizar las repercusiones" de tal medida. Representantes del Gobierno del peronista Carlos Menem rechazaron las acusaciones de Alfonsín y las calificaron de "producto de su fantasía". Por otra parte, el ministro del Interior, Julio Mera, reconoció la autenticidad de un decreto presidencial que autoriza el recurso a las fuerzas armadas en el supuesto de "conmoción interior".
La denuncia de Alfonsín, formulada en una entrevista emitida por televisión el miércoles por la noche (madrugada de ayer en España), tiene una enorme gravedad, ya que acusa a sectores del Gobierno nada menos que de elaborar planes para cerrar las Cámaras legislativas. Lo que llama la atención y resulta incongruente con la gravedad de la acusación de Alfonsín es el marco en que se produjo: en medio de una entrevista de un programa de televisión que parecía un espacio contratado por la UCR. Con tono tranquilo y exento de apasionamiento, Alfonsín lanzó la acusación y la reiteró.Añadió Alfonsín que "hay otra gente que habla de la higienización política" y explicó lo que eso significaría: "La aplicación del decreto Romero permitiría a la Fuerzas Armadas intervenir en conflictos internos, preparar a las Fuerzas Armadas también para la represión y, por otra parte, poner como componente fundamental de la lista del enemigo a sectores políticos, que aparentemente no están consustanciados con las ideas".
El entrevistador objetó: "Eso eran versiones de calle, pero dicho por usted adquiere realmente..." Y, sin dejarle concluir, Alfonsín afirmó categórico: "Yo le aseguro que esto es así".
La acusación de Alfonsín parece inconsistente por el marco en que se produjo. Si el ex presidente tiene realmente conocimiento de la existencia de planes para clausurar las Cámaras legislativas e incluir en las listas de enemigos al llamado "radicalismo alfonsinista", debería denunciarlo, opinan los observadores, de forma adecuada con una amplia convocatoria a los medios de comunicación o con una convocatoria del Congreso y no de pasada en un oscuro programa de televisión.
Leña al fuego
Si lo único que hizo Alfonsín con sus declaraciones fue hacerse eco de rumores que circulan por la capital argentina, podría pensarse que cometió una grave irresponsabilidad y tal vez tendrían razón los peronistas que ayer lo acusaban de "desestabilizador". Las palabras del ex presidente, en ese caso, habrían contribuido a echar leña al fuego de la ya de por sí difícil situación argentina.Otra contribución a la ceremonia de la confusión, a la que asiste con indiferencia un país cada día más sumido en el desencanto, la proporcionó la misma tarde del miércoles el ministro del Interior, Julio Mera.
Con inusitada urgencia, Mera convocó a una conferencia de prensa en la Casa Rosada (sede del Gobierno) a informadores nacionales y extranjeros. El tema central fue el decreto, difundido días atrás por el diario Clarín, que prevé la intervención de las Fuerzas Armadas en el supuesto de "conmoción interior".
En una tensa reunión, Mera se esforzó en afirmar que el nuevo decreto no introduce ninguna modificación sobre el anterior, promulgado por el Gobierno de Alfonsín como reacción ante el ataque terrorista al regimiento de La Tablada, en enero de 1989. Según Mera, el nuevo decreto sólo cambia el organismo asesor del presidente. En el decreto de Alfonsín era un "Comité de Seguridad Interior" y en el de Menem tendría una composición diferente.
Los esfuerzos de Mera por demostrar que nada había cambiado y sus acusaciones a "políticos argentinos" y "medios de Prensa nacionales y extranjeros" de "dar un trato irresponsable" a las informaciones sobre el nuevo decreto no resultaron convincentes. Mera no consiguió explicar por qué en el nuevo decreto se añade a los supuestos de la "actividad de grupos armados" los "hechos que constituyan un estado de conmoción interior".
Reconoció Mera que el nuevo decreto se aprobó sin presentarlo en el Gabinete, porque, según el ministro, está dentro de sus competencias y no era necesario hacerlo. Mera insistió en que no añadía nada nuevo al decreto aprobado por Alfonsín un año antes.
Texto fantasma
Un periodista sacó a relucir un texto de la ley de Defensa, aprobada en abril de 1988, que en un anexo especifica que las Fuerzas Armadas no pueden intervenir en conflictos internos. En una escena digna de una obra del realismo mágico, Mera replicó que ese anexo no había sido aprobado por el Congreso y figuraba por error en el Boletín Oficial. Ante el estupor e incredulidad de los presentes, Mera explicó que ese texto presuntamente espúreo había permanecido dos años indebidamente entre los textos legales promulgados. Añadió Mera que se encargaría de que desaparezca el anexo a la ley de Defensa de los textos legales en vigor.Estas disputas en el campo político están estrechamente relacionadas con el temor al tantas veces anunciado estallido social en el país.
Se esperaban para la tarde de ayer las cifras de inflación para el mes pasado y ya se habla de las del actual, que podrían alcanzar los tres dígitos. Analistas políticos pronostican que, con una inflación por encima del 100%, la explosión social en Argentina puede ocurrir en cualquier momento.
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