El 10% de los enfermos que reciben transfusiones se contagia por el virus de la hepatitis C
El 10% de los enfermos que reciben una transfusión sanguínea queda contagiado por el virus de la hepatitis C, según dos estudios realizados por sendos equipos del hospital Clínico y la residencia de Vall d'Hebron de Barcelona, que constituyen una primicia. La hepatitis C es mucho más grave y de peores consecuencias que la hepatitis B, no dispone de vacuna y el tratamiento aplicable es todavía de eficacia muy limitada. En base a los citados estudios, el Departamento de Sanidad de la Generalitat ha dictado una orden por la que se implanta la obligatoriedad de efectuar pruebas de detección de anticuerpos del virus en todas las donaciones que se produzcan. Idéntica exigencia ha adoptado el Gobierno del País Vasco, con lo que se adelantan a la mayor parte de los países europeos, e incluso a EE UU, en una medida de gran trascendencia.
Sólo en Cataluña se contagian con el virus de la hepatitis C a través de una transfusión sanguínea más de 4.000 enfermos al año. La orden firmada por el conseller de Sanidad, Xavier Trias, entrará en vigor dentro de dos meses.Los reactivos capaces de descubrir los anticuerpos de este virus fueron descubiertos por un equipo norteamericano de virólogos, que en mayo de 1988 logró secuenciar y clonar su genoma. Los reactivos se pusieron a disposición de los investigadores, para uso experimental, en enero de 1989. Los dos equipos catalanes han conseguido una partida de estos reactivos antes de su comercialización para efectuar sendos estudios cuyos resultados constituyen una primicia mundial.
El descubrimiento del reactivo ha sido un hito, ya que la hepatitis C es mucho más virulenta que la B, con el agravante de que muchas veces no presenta síntomas y de que una vez crónica, puede derivar en cirrosis y cáncer de hígado.
Un virus muy traidor
Lluís Salleras, director general de Salud Pública de la Generalitat, considera que la aplicación de esta medida incidirá de forma decisiva sobre la principal causa de contagio de la hepatitis C y, en el plazo de unos años, se traducirá en un significativo descenso de los casos de cirrosis y cáncer de hígado. Miquel Bruguera, jefe de unidad de Hepatología del hospital Clínico, aporta al respecto un dato significativo: "Tres de cada cuatro enfermos de cáncer de hígado presentan anticuerpos contra la hepatitis C".
Las consecuencias de esta modalidad del virus son, a la larga, más graves que las de la hepatitis B y, por supuesto, que las de la hepatitis A, considerada benigna. "Mientras en la hepatitis B sólo un 5% de los casos evoluciona hacia la cronicidad, en el caso de la C el porcentaje de eleva al 50%", explica Rafael Esteban, jefe de la unidad de Hepatología de la residencia de Vall d'Hebron.
La hepatitis C es, además, mucho más traidora: "Muchas veces pasa desapercibida porque en el 75% de los casos no presenta síntomas en la primera fase de evolución. La enfermedad tiene un largo período de silencio y cuando aparecen los primeros síntomas, ha provocado ya lesiones importantes", indica Miquel Bruguera. "La hepatitis C puede provocar una cirrosis a los 20 años del contagio, sin que medie señal de alarma", añade. Cerca del 15% de las cirrosis evolucionan hacia un cáncer hepático.
El estudio efectuado por el equipo de Vall d'Hebron, publicado en la revista The Lancet, revela que tras aplicar la prueba de detección de anticuerpos en las donaciones efectuadas entre julio de 1989 y febrero de 1990, el porcentaje de enfermos que habían recibido transfusiones y habían sido infectados por el virus se reducía, del 9,6% anterior al cribaje, al 2%. Este último porcentaje indica que la prueba no es todavía del todo eficaz y queda un pequeño riesgo de contagio.
El porcentaje de donantes que es portador del virus de la hepatitis C es, según ambos estudios, de un 1,2%, pero hay que tener en cuenta que la población de donantes está muy seleccionada. Salleras estima que el porcentaje de portadores en la población general puede situarse entre el 2% y el 3%.
La hepatitis C se contagia principalmente por vía endovenosa, de ahí la importancia de controlar las donaciones, porque de esa forma se evita el contagio de las personas que reciben transfusiones y de los enfermos que, como los hemofílicos, han de someterse a tratamientos con hemoderivados.
Según Rafael Esteban, un 70% de los drogadictos son portadores de este virus. El alto índice de contagio en este colectivo se debe al uso repetido y colectivo de las jeringas y agujas con las que se inyectan la droga. También puede transmitirse por contacto sexual, aunque según los estudios, la hepatitis C se contagia muchos menos que la B por esta vía.
Existen, sin embargo, casos de contagio en personas que no tienen antecedentes ni de transfusión ni de drogadicción y tampoco han mantenido relaciones sexuales con portadores, por lo que los investigadores estiman que puede haber alguna otra forma de contagio, aún no identificada.
Vacuna en cinco años
El virus de la hepatitis C tiene una estructura completamente diferente del de las otras hepatitis. "Se parece más al virus de la fiebre que al de la B", explica, a modo de ejemplo, Rafael Esteban. La hepatitis B dispone de tratamiento efectivo y, desde hace unos años, de vacuna eficaz. La aplicación de las pruebas de detección de anticuerpos de la hepatitis B en las donaciones redujo la incidencia de la enfermedad en un tercio.Miquel Bruguera estima que haber podido identificar el genoma completo del virus de la hepatitis C abre la posibilidad de crear a corto plazo una vacuna eficaz. "Creo que en cinco años podemos disponer de vacuna", asevera. "También en el tratamiento se puede avanzar mucho en los próximos años. En estos momentos, los fármacos que se aplican sólo son eficaces en el 25% de los enfermos con hepatitis crónica, pero tienen una eficacia transitoria en otro 60%, de ahí que las perspectivas que abre la identificación del genoma del virus sean muy esperanzadoras".
Para Lluís Salleras, el descubrimiento del reactivo capaz de detectar los anticuerpos de la hepatitis C es un hito tan importante como el descubrimiento de la vacuna contra la B.
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