Una mirada amarga

En estos años del fin de siglo menudean las propuestas nostálgicas y llenas de buenos sentimientos, alimentadas en la reconfortante idea de que todo tiempo pasado fue mejor. Tal perspectiva suele estar aderezada, además, con la agradable sensación de que es posible recuperar las horas perdidas mediante la energía que se oculta en las lágrimas.Al tratarse de un mero punto de vista, de un instrumento cultural para traer a nuestra vida una cierta alegría ambigua no se puede decir que esa actitud influya en la realidad vivida, que continúa inmune a nuestros intentos de domesticación. Tampoco es mejor -ni peor- la postura opuesta del pesimismo a ultranza, nacido en la desconfianza y el rencor, alimentado por la certidumbre subjetiva de que cada día del hombre es un infierno del que no es posible salir, salvo con destino a la tumba.

Última salida, Brooklyn es una obra cinematográfica sobre la vida en Nueva York en los años cincuenta, vista desde esta última óptica, desesperanzada y pesimista hasta el exceso, poblada por personajes excesivos y caracterizados en el límite de lo soportable. Uli Edel (cineasta alemán del que ya vimos una película bastante imperfecta sobre los problemas de los adolescentes con el consumo de drogas duras, Yo, Cristina F.) ha recuperado un viejo proyecto que nació durante sus estudios en la escuela de cine de Múnich, hace 20 años, y que ahora ha podido rodar en América, con sus compañeros los productores Bernd Eichinger y Herman Weigel.

Curiosa película

La historia escrita por Hubert Selby es realmente interesante, pero la adaptación de Desmond Nakano y la traducción a imágenes y sonidos de Uli Edel no aciertan a extraer los acentos y voces más expresivos del relato, ahogado, quizá, por el afán de sorprender al espectador con acontecimientos violentos y en el límite de lo soportable, aunque no se puede olvidar su reparto -en el que ha buscado intérpretes excepcionales como Jennifer Jason Leigh y Burt Young de fbrma especial- ni su deliberada búsqueda de una técnica expresiva llena de virtuosismo y de siabrayados narrativos.Quizá hubiera sido más convincente un punto de vista más atento a la complejidad de la vida en lugar de adoptar una elave narrativa demasiado unilateral, en la que los personajes pudieran llegar a ser más creíbles y menos unidimensionales. Con todo, Ultima salida, Brooklyn es una película curiosa y que a muchos les parecerá sorprendente, aunque no acierte a conseguir todos sus objetivos.