Los detergentes sin fosfatos provocan una polémica científica y ecológica

Las autoridades españolas no piensan, por el momento, limitar o prohibir el uso de detergentes que contengan fosfatos, medida que han tomado ya algunos países europeos por considerar que contribuyen al excesivo crecimiento de las algas (eutrofización) en las aguas superficiales. Este fenómeno, que se ha agravado en los últimos años en muchos países europeos, mata el resto de vida (peces y plantas acuáticas) en lagos y embalses y encarece la potabilización. Las grandes multinacionales del sector han lanzado productos que no contienen fosfatos, hasta ahora un ingrediente básico en la composición de los detergentes, pero la polémica sobre la inocuidad de las sustancias sustitutivas no ha hecho más que empezar.

Fósforo y el nitrógeno son nutrientes básicos para las algas. El fósforo es considerado elemento de control, ya que sin él no actúa el nitrógeno, por lo que no se a el fenómeno de eutrofización. Las grandes empresas fabricantes de detergentes han empezado a comercializar productos que no contienen fosfatos.Situada entre la espada y la pared, la Asociación Española de Fabricantes de Detergentes, Tensioactivos y Productos Afines (ADTA) no quiere alimentar la polémica sobre si los detergentes llamados ecológicos son mejores o peores para el medio ambiente. Recuerdan, sin embargo, que los fosfatos procedentes de los detergentes domésticos constituyen una mínima fracción del fósforo que llega a las aguas. La aparición de nuevos productos es considerada una opción más para el consumidor, pero "no una solución de los problemas medioambientales que los fosfatos de distinta procedencia pueden llegar a crear".

Negocios

Desde el 1 de enero, está prohibido el uso de fosfatos en detergentes en Austria, República Federal de Alemania, Italia y Noruega. En Suiza, la prohibición data de 1980. En Holanda, Finlandia y Suecia se ha optado por pedir a los fabricantes que pongan en el mercado productos sin fosfatos para que los consumidores puedan elegir.

La Comunidad Europea no ha tomado postura.

Fuentes de la ADTA reconocen que llevan meses negociando con las autoridades españolas la reducción del contenido de fosfatos en los detergentes, y que los actuales ya contienen menos fosfatos, sin que -afirman- haya mermado su capacidad limpiadora Sin embargo, los grandes productores de tripolifosfato sódico, empresas químicas que ven peligrar un mercado hasta ahora seguro, han decidido defenderse en el plano científico, para lo que han creado un organismo europeo, el Comité Científico sobre Fosfatos (Scope).

Expertos cuya opinión ha solicitado este comité han recordado que los fosfatos son elementos bien conocidos y su tratamiento en plantas depuradoras es fácil y relativamente barato, aunque no se realiza en el grado que se debiera; que la mayor parte de los fosfatos que llegan a ríos y embalses (hasta un 80%) no proceden de los detergentes, por lo que centrar el problema ecológico en ello constituye una excusa para evitar resolverlo a través del único medio posible, la depuración de las aguas residuales.

La experiencia suiza demuestra que para lograr los mismos efectos de lavado se utiliza más cantidad de detergente, con lo que la materia orgánica de las aguas residuales aumenta, y con ello, el problema ambiental.