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Ofensiva final sandinista para ganar los comicios

Antonio Caño

El sandinismo hizo ayer el esfuerzo rinal para ganar unas elecciones que cambiarán drásticamente el rostro de Nicaragua. La militancia del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) usó sin contemplaciones todo el aparato del Estado para reunir ayer una manifestación que no dejase ningún lugar a dudas sobre quién será el vencedor el próximo domingo. Desde la noche anterior recorrían la ciudad caravanas de coches con los colores rojo y negro del FSLN convocando a la concentración y pidiendo el voto para el presidente, Daniel Ortega, y su compañero, el vicepresidente Sergio Ramírez.

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Los obreros desmontaron la propaganda instalada anteriormente por la Unión Nacional Opositora (UNO) y colocaron en su lugar la del Frente.El servicio del transporte público y de taxis quedó interrumpido durante todo el día, y cientos de camiones públicos y privados fueron utilizados para el traslado de la gente desde ciudades del interior del país.

Según el jefe de: la campaña del FSLN, comandante Bayardo Arce, se esperaban en Managua entre 80.000 y 100.000 personas procedentes de otras localidades, que se sumarían a las 300.000 personas del propio Managua que los sandinistas querían sacar a la calle. A un cálculo de 50 personas por cada camión, es posible imaginar el número aproximado de vehículos que se necesita para toda esa gente.

Ante las acusaciones de la oposición sobre el uso partidista de los medios del Estado, el presidente, Daniel Ortega, decidió poner en conocimiento del emisario especial del secretario general de la ONU, el norteamericano Elliot Richardson, el número exacto de camiones utilizados en la manifestación de ayer, así como la procedencia de los mismos y el número de personas que desplazaron.

Además de éso, se han podido ver por las calles vehículos militares o de la policía adornados con las banderas del FSLN, así como la colaboración de la mayoría de las emisoras de radio y de los dos únicos canales del Sistema Sandinista de Televisión.

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No sólo ganar

Como explicaba un editorial del órgano oficial del FSLN. Barricada, el objetivo de Daniel Ortega en estos momentos no es sólo ganar, sino hacerlo con un margen amplio de votos, con el fin de emprender más cómodamente el camino reformista que los sandinistas han prometido.

Una encuesta del diario norteamericano The Washington Post publicada ayer daba al FSLN una ventaja de 16 puntos sobre la candidata de la UNO, Violeta Chamorro. Sin embargo, uno de los principales asesores de la coalición opositora, el ex dirigente de la contra Alfredo César, insistía ayer en que la viuda de Pedro Joaquín Chamorro ganará por más de 15 puntos de ventaja sobre Ortega. Más prudentemente, otro importante miembro del equipo que rodea a Violeta Chamorro, su hija Cristina Chamorro, directora de La Prensa y esposa del jefe de campaña de UNO, Antonio Lacayo, opinaba que "con sólo el hecho de haber realizado estas elecciones y de haber desarrollado esta campaña, ya se puede decir que la UNO ha ganado".

Esta organización opositora no ha conseguido que la confianza de sus dirigentes dicen poseerse extienda a los medios diplomáticos y a los centenares de periodistas extranjeros acreditados actualmente en esta capital. Éso ha creado ya, incluso, algunas fricciones entre corresponsales y miembros de la coalición opositora.

El FSLN, al que, en general, han beneficiado los pronósticos de la Prensa extranjera, ha sido más cuidadoso. La noche del martes, por ejemplo, cerca de 2.000 periodistas fueron invitados a una cena con el presidente Ortega. El candidato sandinista se colocó entre las banderas de su país y de su partido y dio lugar a un besamanos -con foto polaroid incluida- en el que guardó fila parte de lo más granado de la Pensa internacional. No sólo es la cobertura periodística: nada transcurre en estas elecciones como en otras elecciones cualquiera. La propia presencia de observadores internacionales que asisten a título personal a actos políticos del FSLN, o la labor de la delegación del Parlamento Europeo, cuyo presidente, el español Fernando Suárez, reconoce que viene a "observar a los observadores".

Todo resulta un poco surrealista y falto de proporción. La población nicaragüense resulta lo más serio de este proceso. Pese los rumores y amenazas de violencia que se oyen estos días, la campaña electoral ha resultado hasta ahora ejemplarmente pacífica.

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