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Mamuts bien aprovechados

Los soviéticos venden a alto precio los colmillos del mamut siberiano y comen su carne congelada

Desde que una conferencia internacional decidió prohibir el comercio mundial de marfil, el pasado mes de octubre, la demanda de colmillos de mamut sacados del hielo siberiano ha aumentado espectacularmente. Según el conservacionista Edmond Bradley, la Unión Soviética, que vendió en 1986 cinco toneladas de marfil de mamut a la India a 25 dólares el kilo, pide ahora de 800 a 1.000 dólares por kilo a posibles compradores japoneses.

El mamut, un tipo de elefante con pelo que se adaptó a vivir en climas árticos, se extinguió hace 10.000 años, pero decenas de miles de sus esqueletos se han conservado en el subsuelo permanentemente helado de Siberia. El marfil de mamut, que antes se vendía a mitad de precio que el de elefante, ahora se vende tres veces más caro. Este marfil se ha vendido tradicionalmente en Asia y el norte de Europa durante al menos 1.000 años. La mayor parte de los restos de mamut han quedado reducidos al esqueleto, pero algunos se mantienen perfectamente conservados en el hielo. "La gente se come la carne, y algunos mamuts han sido encontrados debido a que los lobos y otros animales los han utilizado como alimento", ha señalado Ian Parker, un experto en elefantes que vive en Nairobi.Incluso cuando desaparece la carne, el marfil se mantiene en buenas condiciones durante decenas de miles de años. "El frío retrasa los procesos químicos y biológicos normales de descomposición, y gran parte del marfil se encuentra en su estado original", afirma Parker.

Los mejores colmillos

Existen diferencias entre el marfil de mamut y el marfil de elefante. "El de mamut tiende a ser más largo y más curvo", explica Parker. "A menudo está manchado, por minerales, con colores que van del azul puro a los rosas y rojos, algunos de los cuales son muy atractivos".El comercio de marfil de mamut cesó casi por completo tras la revolución soviética de 1917, pero resurgió en los años ochenta a medida que subía el precio del marfil y la caza furtiva amenazaba con terminar con la población de elefantes de África. Los japoneses -que consumen el 40% del marfil en la actualidad- han sido los que han mostrado mayor interés por el marfil de mamut tras la prohibición mundial del comercio de colmillos de elefante.

Algunos países, como Burundi, disponen de grandes reservas de colmillos de elefante, que se cree pueden terminar en el mercado negro o disfrazados de colmillos de mamut.

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