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Jueces holandeses 'permiten' que fallezca una mujer tras 15 años en coma

Isabel Ferrer

Ineke Stinissen, una mujer holandesa de 46 años que permaneció en coma profundo e irreversible durante 15 años tras serle mal administrada una anestesia durante una operación de cesárea en 1974, falleció la noche del viernes en la casa de reposo Het Wiedenbroek, al este de Holanda. Los médicos que la atendían accedieron el pasado 8 de enero a suprimir la alimentación intravenosa y el suero que recibía, después de que los tribunales de la provincia de Arnhem decidieran que dicho suministro artificial de alimentos podía considerarse un acto médico.

La decisión judicial llegó 15 años después de que Gerard Stinissin agotara todas las instancias legales del país pidiendo permiso para practicarle la eutanasia a su esposa. A principios de este mes, el atribulado marido anunció en público que él mismo lo haría en su domicilio particular, adonde quería trasladar a la paciente, para poner fin a lo que calificó de pesadilla para él y el hijo adolescente que Ineke no llegó a conocer.Con la sentencia de Arnhem en la mano, la junta directiva de la casa de reposo decidió cortar toda la ayuda exterior ofrecida hasta entonces a la mujer, que ha tardado 11 días en fallecer. Para ello, los médicos redactaron un protocolo especial donde calificaban los hechos como una decisión médica colegiada que nada tenía que ver con la eutanasia. Otros colegas y la familia Stinissen fueron consultados.

La noticia de la muerte de la señora Stinissen coincide con la Investigación criminal anunciada por la fiscalía de Almelo, distrito al que pertenece el centro Het Wiedenbrock, sobre la forma en que se ha puesto fin a su vida.

La inspección sanitaria de la provincia, por su parte, elevará el caso Stinissen a la comisión investigadora del Colegio de Médicos holandés, que decidirá si los especialistas que trataron a la paciente en coma deben ser castigados o no.

Comisión parlamentaria

El desenlace de este caso se ha producido, además, horas después de que el ministro de Sanidad, Hirsch Ballin, anunciara en el Parlamento la formación de una comisión investigadora sobre la eutanasia que informará a la Cámara el próximo mes de junio. El derecho a la muerte digna ha tenido siempre problemas en Holanda, ya que la ayuda al suicidio está castigada por la legislación vigente. Sin embargo, sí se practica un tipo de eutanasia pasiva exento de sanción, siempre que resulte de una petición libre y consciente de un enfermo en fase terminal, tras la discusión con su familia y la comunicación a las autoridades.Ineke Stinissen no encajaba en este cuadro, pues no mantenía ninguna de sus constantes cerebrales desde 1974. Durante el tiempo en que los médicos se negaron a considerar la posibilidad de una eutanasia con ella, su marido llegó a sufrir una fuerte crisis emocional y amenazó con disparar contra su propia esposa para poner fin al drama si no le ayudaban.

Desde que recibiera la comunicación oficial de que su esposa podía fallecer en el centro de reposo, Gerard Stinissen no ha vuelto a aparecer ante los medios de comunicación holandeses.

Éstos recogieron con gran interés la fase final de su caso, ya que es la primera vez que unos médicos holandeses acceden a poner fin a la vida de una paciente en coma irreversible en un país que considera un crimen la eutanasia activa y pone reparos a la eutanasia llamada pasiva.

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