_
_
_
_
LA NUEVA EUROPA

Bonn, a punto de 'estallar' por la invasión de refugiados

JOSÉ M. MARTÍ FONT La avalancha de refugiados alemanes orientales que está llegando a la República Federal de Alemania desde que comenzó el año amenaza con provocar una crisis de grandes dimensiones en la ya de por sí delicada situación creada por la revolución pacífica que acabó el año pasado con el régimen neoestalinista de la República Democrática Alemana. Según cifras oficiales, en los primeros 10 días del año otras 20.000 personas llegaron dispuestas a quedarse.

En opinión de los expertos -incluso si no se produce una situación de pánico colectivo-, al menos medio millón de alemanes orientales pasarán durante 1990 a la RFA.En Bonn, pese a que el Gobierno ha intentado minimizar las cifras y evitar que se hable demasiado del asunto, la posibilidad de una rápida desestabilización de la RDA empieza a producir escalofríos. En un año electoral, y con la capacidad de absorción ya saturada por los más de 700.000 refugiados que llegaron el año pasado -342.854, provenientes de la RDA, y el resto, de colonias alemanas en los países de Europa del Este-, los profundos desequilibrios que una inmigración masiva provocaría amenazan la propia estabilidad de todo el sistema.

No en balde el propio canciller Helmut Kohl se vio obligado a citar el pasado martes la cifra de 14.226 alemanes orientales que en los primeros ocho días de 1990 decidieron pasarse a la RFA. "Los alemanes de la RDA quieren ver cambios rápidos y fundamentales", dijo Kohl; "hay que crear una perspectiva convincente para el futuro político y económico. No nos interesa que sigan pasándose tantos ciudadanos de la RDA, nuestro objetivo es que tengan perspectivas de futuro en su propio país". Ayer se supo que el pasado martes cerca de 3.000 alemanes orientales más llegaron a la RFA.

Para compensar, el canciller dibujó un paradisiaco retrato de la situación económica del país, donde, pese al flujo de refugiados, el paro descendió hasta situarse en un 7%. No dijo, sin embargo, que la reducción hubiera sido aún mayor si no llega a ser por las cifras del último trimestre, precisamente el de la llegada masiva de refugiados.

En este contexto, el enfrentamiento entre el Gobierno de la RDA, presidido por Hans Modrow, y los grupos opositores, que discuten con el partido comunista el proceso de reformas y la ley electoral que haga posibles unas elecciones libres el próximo 6 de mayo, no sirve más que para deteriorar la imagen que del futuro de su país puedan tener los habitantes de la RDA y empujarles a emigrar a Occidente, donde, en la mayoría de los casos, se encuentran numerosos familiares suyos, que les incitan a su vez a tomar esta decisión.

Modrow se encuentra entre dos fuegos. Presionado, de un lado, por su propio partido, el renovado SED-PSD, que pretende aprovecharse en todo lo que puede de su ocupación del poder para jugar con ventaja en las elecciones, y de otro, por la oposición, que amenaza con abandonar la mesa de negociaciones y sacar a la población a que proteste en la calle y encienda aún más el fuego de la reunificación alemana, que, visto el rumbo que están tomando las cosas, más que reunificación sería ya una pura y simple anexión.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Ayer, Modrow ofreció a los grupos opositores participar en el Gobierno, casi al mismo tiempo que los partidos del antiguo bloque, contaminados por 40 años de colaboración con el viejo régimen y que ahora ocupan un considerable número de carteras, amenazaban, por su parte, con abandonar también la coalición, en un intento póstumo de desmarcarse de quienes fueron sus amos durante tantos años.

El tema económico, sin embargo, fue el centro de la sesión de la Cámara del Pueblo en Berlín Oriental. La ministra de Economía, Christa Luft, anunció el cambio constitucional que permitirá la instalación de industrias mixtas en la RDA, donde la Constitución estable cía la total propiedad de los me dios de producción por parte del Estado. Sin embargo, la lentitud con que se llevan a cabo estas reformas y la sensación de que en el SED-PSD no todo el mundo está de acuerdo en entregar el monopolio de la economía asustan aún mucho más en Bonn, donde la absoluta necesidad de una reactivación económica en el plazo más corto posible se ve como la única posibilidad de frenar el flujo de emigrantes, que sería catastrófico para la RFA.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_