La flota congeladora propone renegociar su deuda, cercana a los 50.000 millones
Los armadores de la flota congeladora han propuesto la creación de un comité de bancos acreedores con el fin de renegociar el pago de los créditos pendientes, que rondan los 50.000 millones de pesetas. En el Banco de Crédito Industrial existe preocupación por los problemas de la flota congeladora, aunque los impagados actuales se hallan solamente entre los 2.000 y los 3.000 millones de pesetas.
Con una flota de barcos congeladores cercana a las 200 unidades, el sector se halla desde hace aproximadamente un año en dificultades, tanto por la falta de caladeros lejanos como por las importaciones de pescado desde terceros países a bajos precios. La reducción de las cuotas de bacalao para el próximo año así, como la previsible ampliación de sus aguas por parte de Namibia, donde operan unos 170 barcos, se considera que agravarán las dificultades actuales que han dado lugar a la paralización en Galicia de cerca de 30 embarcaciones.Para la primera quincena de enero está previsto que los representantes de los armadores, a través de la Cooperativa del Puerto de Vigo, se entreviste con los representantes de la Secretaría General de Pesca para exponer los datos del conflicto y plantear oficialmente las posibles alternativas. La paralización actual de barcos y la falta de ingresos suficientes, hace temer la crisis en el sector de la flota congeladora, al no disponer de actividad suficiente para afrontar los gastos de mantenimiento de cada embarcacíón, que emplea una media de 40 personas.
En principio, según fuentes de la Federación de Transportes de UGT, los créditos pendientes de esta flota ascenderían a unos 20.000 millones de pesetas con Caixa de Vigo. Con el BCI los créditos se elevan a unos 18.000 millones de pesetas. Igualmente hay créditos importantes, sin cuantificación exacta, en Caixa de Galicia, Banco Central, BBV y Banco Simeón. La central sociall sta aboga por una salida negociada que evite la reconversión dura a que está abocado el sector si no se adoptan medidas de ayuda.
En las últimas semanas, representantes de los armadores, a través de una comisión que engloba a 70 afectados, han negociado individualmente con algunas entidades una salida al problema de la flota. El objetivo, según señala su portavoz, Joaquín Cobo, sería, entre otras medidas, lograr una comisión de todos los bancos y cajas acreedores para negociar una fórmula global que se centrazia en una subvención para los tipos de interes, dinero para reconversión y limitación de las importaciones de pescado.
Según fuentes del BCI, la entidad pública tiene unos créditos con el sector de la pesca de unos 50.000 millones de pesetas a un interés medio del 11 %. De esta cantidad, menos de 20.000 millones corresponderían a los grandes barcos congeladores. En principio, hasta la fecha no se ha producido un grave aumento de impagados al ascender los mismos al 5% de la cuantía de los créditos, con un volumen entre 2.000 y 3.000 millones de pesetas. Sin embargo, hay consciencia del problema y se ve con preocupación la evolución de esta flota en 1990 ante la falta de caladeros y, en consecuencia, la imposibilidad de hacer frente a los pagos pendientes. En cualquier caso, el problema no parece tan grave como el de la marina mercante y se confia en soluciones que no supongan graves pérdidas para la Administración.
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