_
_
_
_
_

Collor de Mello, confirmado oficialmente como ganador de las elecciones brasileñas

Los escrutinios oficiales del Tribunal Superior Electoral (TSE) y los privados de la red Globo de televisión confirmaron ayer lo que anticiparon el domingo las encuestas en boca de urna: el próximo presidente de Brasil será el populista de derecha Fernando Collor de Mello, de 40 años. En los cómputos más avanzados de Globo, ayer, a primera hora de la tarde, Collor sacaba a Luis Inacio Lula da Silva, de 44 años, una ventaja ligeramente por encima del 5%, más de tres millones de votos.

Más información
Aires de continuidad

Esta diferencia se incrementará cuando finalicen los escrutinios. En las regiones que faltan por escrutar, Collor tiene una ventaja mayor sobre Lula. Globo había computado ayer por la tarde casi un 87% de los votos. Collor tenía ya más de 32 millones y Lula sumaba algo más de 29. Los votos en blanco rebasaban ya los 900.000 y los nulos se acercaban ya a los tres millones. Esta elevada cifra de nulos parece indicar que un número alto de electores no se considera representado por ninguna de las opciones que se le ofrecieron en la elección del domingo, las primeras directas y plenamente democráticas para elegir presidente, después de 29 años."Lula se ahogó en la playa" comentaba ayer en Sao Paulo un pequeño empresario. El esfuerzo desarrollado por el obrero metalúrgico convertido en líder sindical, presidente del Partido de los Trabajadores (PT) y senador de la Asamblea Constituyente, se vino abajo al final, cuando había conseguido aproximarse hasta lo que los expertos en demoscopia llaman "empate técnico", cuando cualquier resultado es posible, debido a los márgenes de error de las encuestas.

Culpar a los elementos

Los seguidores de Lula tratan de "culpar a los elementos" de la derrota y hablan de las fuertes lluvias, que provocaron abstención, y también acusan a los empresarios de transporte, que en zonas de fuerte implantación de Lula no sacaron los autobuses el pasado domingo. Esto provocó que muchos no pudiesen desplazarse para votar. Los más iniciados hablan del estado anímico de Lula en la noche del último debate en la televisión. Afirma esta versión que aquella noche Lula había tenido una disputa con su esposa y apenas durmió. Esto habría provocado su falta de reacción ante Collor y la mala impresión que produjo en el debate. Las maniobras de picaresca electoral y las posibles querellas conyugales del candidato apuntan más bien a la necesidad de buscar excusa a la derrota. La fría realidad de los números es más fuerte que las excusas y las necesidades de autojustificación. Lula perdió en Sâo Paulo y existe una "ley no escrita" en la sociología electoral brasileña: "Para ser presidente, hay que ganar en Sâo Paulo". La excepción a esta regla fue el presidente Juscelinoi Kubitschek en 1955, que llegó a la presidencia sin ganar en Sâo Paulo. Lula perdió en la capital, donde hace un año el PT ganó la alcaldía con Luiza Erundina. El domingo Collor sacó a Lula un 13%. en la capital un 16% en el Estado más poblado y fuerte de Brasil, precisamente e la zona donde Lula se hizo líder sindical y dirigente político. Lula perdió el partido en casa por su propios errores o la mala administración de sus compañeros.Queda abierta la duda de la repercusión sobre el electorado del secuestro del industrial Abilio Diniz, que mantuvo en vilo a la opinión pública la última semana de la elección. Curiosamente el secuestro tuvo un fin feliz casi en el mismo momento en que se cerraban las urnas. Sobre la identidad de la cuadrilla de secuestradores flotó siempre la duda de una posible connotación política izquierdosa. Se dijo que eran miembros del Movimiento de Izquierda (MIR), la organización guerrillera chilena y vario medios de prensa insinuaron todo el tiempo que había conexiones con el PT de Lula. El caso permenece turbio. Aún después de capturados, no se ha determinado con claridad la posible vinculación ultraizquierdista de los secuestradores, aunque todo parece indicar que se "trata de un grupo de facinerosos internacionales". Esto no impide que el secuestro de esa especie de "rey de los supermercados" haya ve nido como anillo al dedo en lo momentos en que la candidatura de Lula crecía y amenazaba con ganar la elección. No sería la primera vez en Brasil que un grupúsculo izquierdoso le hace un buen servicio a la derecha. La duda permanece abierta.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_