La unidad alemana no es cosa de dos
La construcción política de Comunidad se puede hacer deshacer en el banco de pruebas de una reunificación c Alemania, que hoy parece no sólo posible, sino nada lejana.Dietrich Genscher, que encuentra como nadie en mágico punto de intersección entre europeísmo unificador unitarismo germano, elabora el discurso que mejor puede apaciguar tanto los recelos históricos hacia esa unida como dar garantías de que fuera de la Comunidad Europea no cabe pensar en una Alemania unificada.
"Los alemanes queremos que nuestro destino esté ligado al destino de Europa, por que lo que divide a los alemanes es lo que divide a Europa y lo que une a Europa es que une a los alemanes". No hay que temer, por ello, según Genscher, la oposición de las superpotencias a una futura unidad alemana, con lo que ello entrañaría de disolución del aspecto militar de OTAN y del Pacto de Varsovia, porque "los Estados Unidos están de acuerdo con nosotros en que el papel de las alianzas ha de cambiar, haciéndose más político, para profundizar, por ejemplo, la cuestión del desarme"; y, igual forma, porque la Unión Soviética de Gorbachov, y ésa es la gran diferencia con respecto a sus predecesores, reconocido que sus intereses en Europa están mejor servidos si los Gobiernos de sus aliados cuentan con el apoyo de sus pueblos respectivos, que si están sometidos por esos regímenes".
De Michelis, esférico y jovial, afirma que Europa reconoció, con el Acta de Helsin sobre autodeterminación de los pueblos, "no sólo el derecho de los alemanes a la reunificación, sino que ello e positivo para Europa". El ministro explica la adhesión italiana a esa idea porque, " que la división de Alemania acordó en Yalta a causa de división de Europa, ahora que se crean las condiciones para superar esa situación, ¿por qué Alemania debería seguir dividida?"
"Es cierto", añade De Michelis, "que ese objetivo legítimo y deseable puede y de alcanzarse únicamente bajo condiciones muy precisa. Por ello la referencia a los acuerdos de Helsinki, y a autodeterminación debe entenderse en el marco de diálogo y de una cooperación entre el Este y el Oeste, en marco, en definitiva, del proceso de integración europea".
El ministro de Exterior de Bonn, ducho en profesionales cautelas, remata las coincidencias con su colega italiano, afirmando que "el mismo proceso de acercamiento entre las dos Alemanias hará que nuestros aliados consideren ese acercamiento positivo para ellos, ya que no posible la asociación de Europa con exclusión de los alemanes. Y si es cierto que no puede haber únicamente una asociación entre alemanes, también lo es que los alemanes pueden estar ausentes de esa gran operación unificadora
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