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HACIA UNA NUEVA EUROPA

De Michelis: "La CE puede reemplazar a la OTAN"

El ministro de Exteriores de la RFA, Dietrich Genscher, y su colega italiano debaten la 'revolución' del Este

El ministro de Asuntos Exteriores italiano, Gianni de Michelis, ha declarado a EL PAÍS que "la CE está dispuesta a sustituir a la OTAN como factor de estabilidad política en Europa". El ministro de Exteriores de la RFA, Dietrich Genscher, y De Michelis celebraron una reunión la pasada semana en Bruselas con representantes de EL PAÍS, La Repubblica de Roma, Suddeutsche Zeitung de Múnich y el semanario francés Le Nouvel Observateur. En la charla se debatió principalmente la apertura al Este de la Comunidad, la reunificación de Alemania, las relaciones europeas con las dos superpotencias y la suerte de terceros, como América Latina y el norte de África, ante el nuevo reto oriental al que hace frente la CE.

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La conmoción de las últimas semanas, apenas meses, en la Europa oriental, con la desaparición del muro de Berlín y la evolución hacia la democracia de la RDA, Checoslovaquia y Bulgaria, y el establecimiento de regímenes pluralistas en Polonia y Hungría, plantean a la Comunidad Europea un visible dilema: continuación de la construcción política de la Europa a Doce, o apertura al Este. ¿Cuál de los dos movimientos cobra precedencia?, o ¿acaso es posible una simultaneidad de ambos? Por ello cabe preguntarse si la CE va a ser capaz de asumir un papel político propio que le permita dirigir los acontecimientos en lugar de verse sometida a su vaivén, en especial tras la reunión de comienzos de este mes en Malta entre el presidente norteamericano George Bush y el líder soviético Mijail Gorbachov.Dietrich Genscher no duda que, tras la reunión de la CE en Estrasburgo a mediados de diciembre, ha quedado bien claro "que la Comunidad está en condiciones de desempeñar un papel histórico en este momento histórico, puesto que la dinámica del proceso de integración europea debe ajustarse a la dinámica de los acontecimientos y de las reformas en Europa oriental, así como a las de las relaciones entre el Este y el Oeste".

Para el ministro alemán esta oportunidad imbatible se debe sobre todo a que esa misma construcción comunitaria "se ha convertido en un factor de esperanza para toda Europa. La fuerza de atracción, la fascinación que ejerce el proceso de unificación europea ha ejercido un efecto positivo sobre el proceso de reformas en la Europa oriental". El ministro De Michelis, por su parte, reconoce, con todo, que "los próximos años pueden ser muy peligrosos, y se puede perder esa oportunidad histórica si la Comunidad no juega ese doble papel de punto de referencia para la construcción de un nuevo equilibrio, y la integración europea, lo que equivale a dirigir hacia el exterior elementos progresivos de integración que eviten que las tensiones de desintegración contaminen a la Comunidad Europea".

Relación con EE UU

El ministro italiano cree que hay que ir al encuentro de los acontecimientos cuando dice que la Comunidad está dispuesta a reemplazar a la OTAN como elemento principal de estabilidad política". Pero ello sólo será posible "con una diferente relación, que hay que construir, con Estados Unidos", en la medida en que Washington "tome conciencia de los elementos nuevos que existen en esa relación". Esa novedad, para el ministro italiano, siempre de acuerdo con Genscher, se concentra en el hecho de que "ha sido el ejemplo de la Comunidad uno de los factores que han desencadenado los cambios en la Europa del Este. Esos pueblos sienten no sólo un deseo vago, genérico de democracia o de economía de mercado, sino el de adoptar el modelo europeo de democracia política, economía de mercado, pero también Estado social. No es, por tanto, el ejemplo norteamericano o japonés lo que atrae a la opinión del Este de Europa".

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Esa apertura al Este plantea necesariamente la cuestión de la ampliación de la Comunidad que cesaría de ser a Doce con el eventual ingreso de algunos de los países de esa parte de Europa. Reunificación alemana, y extensión de la CE a Polonia y Hungría, quizá en una primera fase, se confunden, por tanto, en una sola y gran cuestión.

Gianni de Michelis no cree que la Europa de los Doce pueda seguir engordando "sin una futura arquitectura constitucional más flexible". El ministro italiano, citando al presidente de la Comi sión Europea, Jacques Delors dibuja un futuro de "círculos concéntricos, ya que el modelo comunitario actual no puede extenderse a la Europa central y oriental. Por lo que no estoy en tre los que piensan en la creación de un estatus de superasociación a la Comunidad, que sea una respuesta a corto plazo a las necesidades de esos países de la Europa oriental y central".

Dietrich Genscher pone tam bién un punto de reposo en la cuestión de la ampliación comunitaria cuando dice que "hay que tener en cuenta las condiciones de cada país para ser candidato Esos países tienen que ser demo cráticos, vivir en una economía de mercado, aceptar a la Comunidad tal como es, lo que, notablemente, significa asumir los objetivos de la unión política europea". Al mismo tiempo, la eventualidad de nuevos ingresos en la CE plantea, según Genscher, la necesidad de la democratización de la Comunidad, puesto que "aunque somos una colectividad de países democráticos, somos también una colectividad que no es en verdad democrática. ¿Qué quiero decir con ello? Que nuestro Parlamento carece de los poderes que corresponden a un Parlamento". Cualquier ampliación, dice el ministro alemán, ha de pasar por una Comunidad que sea capaz de transmitir una parte de su soberanía a los organismos supranacionales "sometidos a un control democrático. Por eso pido a los parlamentarios europeos que hagan todo lo posible por extender sus poderes. Mi país luchará para que esos objetivos se consigan".

La Comunidad, ante un desafío planetario

Los dos ministros europeos no creen que la marcha al Este de los países de la Comunidad vaya a dejar en la cuneta el interés político y económico de la CE por otras partes del mundo.A la pregunta de si la Comunidad va a poder dividir efectivamente su atención entre el primer mundo de la Europa oriental que nos viene, y el Tercer Mundo de América Latina y el norte de Africa, que hay quien teme que hayamos dejado atrás, Dietrich Genscher responde que "Europa desvió recursos ingentes a la carrera de armamentos durante la guerra fría. Pero si creamos un sistema europeo pacífico, que permita el desarme, la Comunidad será capaz de asumir sus responsabilidades en lo que respecta al Tercer Mundo. Estos países lo que necesitan es escuelas, tractores y hospitales, y no armamentos".

Gianni De Michelis, de acuerdo con el ministro alemán, parte de la existencia de una Europa occidental con un Producto Nacional Bruto superior al de los propios Estados Unidos, "que en 1989 es de 4,5 billones de dólares", y que además se verá acrecentado en el futuro "por ese mismo proceso de desarme, y por los recursos que se derivarán de la integración europea".

Para que no se haga realidad, sin embargo, el fantasma de la Fortaleza Europa, encerrada en sí misma y proteccionista, hay que impedir, según el ministro italiano "que una integración vertical de la Comunidad en los años 90, haga aumentar las diferencias de potencial entre la CE y y el resto del mundo. Por ello, la forma de evitar esa Fortaleza. Europa es la de crear un modelo de integración que permita redistribuir una parte de la riqueza que generará Europa en los años 90 en diferentes direcciones. Sólo así será posible asumir esos compromisos con la Europa del Este, y también con América Latina y los países del Mediterráneo. Las condiciones existen. Sólo es un problema de voluntad política, y de que sepamos renunciar al egoísmo".

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